Tanto Ducati Corse como Seat Sport comparten el mismo proceso artesanal y tecnológico en la fabricación de sus vehículos de competición, la Ducati Desmosedici desde Bolonia y el Seat León Cup Racer desde Martorell, ya que ambas marcas pertenecen al Grupo Volkswagen.
Estas dos máquinas de competición son dos puzles de miles de piezas. A primera vista puede parecer que un coche, debido a su tamaño, utiliza más piezas que una moto, pero Seat y Ducati nos demuestran lo contrario.
A pesar de las dimensiones del León Cup Racer, la base para construir este vehículo es el chasis de un León de serie al que se le suman 1.400 piezas para convertirle en una autentica maquina de competición. Aunque el coche tiene menos piezas que la moto, los mecánicos destinan 277 horas desde que ensamblan la primera pieza hasta que ponen la última.
Por su parte, la Ducati Desmosedici que utilizan los pilotos de MotoGP se compone de 2.060 piezas que se montan sobre un chasis diseñado específicamente para la competición. A pesar del número de piezas que tiene una moto de competición, los mecánicos tardan en montarla cerca de 80 horas, tres veces menos del tiempo que se dedica a preparar el coche.
En ambos casos, una de las primeras piezas que se monta es el motor, el corazón de las dos máquinas. El propulsor del León Cup Racer pesa 170 kilos, mientras que el de la Desmosedici pesa 49 kilos. La principal diferencia que encontramos a la hora de montar los motores es que el del coche hay que colocarlo con una grúa y el de la moto se ancla al chasis, sujetándolo a pulso tres mecánicos.
En cuanto a velocidad se refiere, el Seat León Cup Racer es capaz de alcanzar los 267 km/h mientras que la Ducati Desmosedici la pasada temporada alcanzó los 354,9 km/h.
