Muchos de los movimientos tácticos y políticos de los últimos año,s e incluso movimientos militares que están en marcha en este mismo momento, tienen que ver con las denominadas tierras raras, y estas se encuentran en manos de muy pocos países. En realidad no es que se llamen tierras raras porque no sean comunes, sino porque es poco común encontrarlas en forma pura.
Esto implica que quienes tienen acceso directo a esos depósitos cuentan con grandes ventajas, no solamente para su desarrollo interno, sino para establecer un comercio enriquecedor. El gran problema en este sentido es que los depósitos están, como decíamos, en manos de unos pocos, principalmente China, y por tanto, tienen una posición dominante sobre el resto.

¿Y qué tienen que ver las tierras raras con los motores eléctricos?
Esa es la gran pregunta que muchos pueden hacerse, pero que se contesta de una manera sencilla. A partir de algunos de los elementos denominados como tierras raras se generan los imanes, con los que luego se fabrican los motores eléctricos, además de otros elementos.
Por tanto, un desafío es el de conseguir crear motores eléctricos en los que no sea necesario el empleo de estas tierras raras que, además, tienen un gran impacto medioambiental tanto a la hora de extraerlas como posteriormente a la hora de reciclar los motores.
Es por ese motivo que Green Silence Group, un consorcio italiano formado por las empresas Settima Meccanica, Motive y Spin, está tratando de revolucionar el sector eliminando las tierras raras, aumentando la eficiencia y reduciendo los costos.
Para ello están desarrollando motores síncronos que ya han patentado y que no emplean ni materias raras ni imanes permanentes. Aun así logran buen rendimiento energético, dicen que superior y constante en comparación con los motores actuales, y además son reciclables.

Gracias a este punto, el coste se reduce al minimizar la dependencia de los materiales externos ,y supone un significativo avance también en cuestiones medioambientales. La gran diferencia está en el diseño del rotor, tal como explica Alessandro Tasi (CEO de Spin):
“En el motor Spinrel, en lugar de imanes permanentes, aprovechamos la alternancia entre hierro-silicio y aire. Hemos optimizado la forma del rotor y sus barreras, utilizando el principio de la reluctancia”
En cuanto a las aplicaciones, el potencial de este tipo de motores podría ser elevado, pasando desde el uso en vehículos industriales y comerciales a maquinaria agrícola, excavadoras, montacargas e incluso robots humanoides ultra silenciosos.
Un paso más en el mundo de la movilidad eléctrica que sigue evolucionando.