En primer lugar quiero saludaros a todos y espero que aquí podáis seguirme un poco más de cerca, leyendo algunas curiosidades y anécdotas de dentro y fuera de la pista que iré publicando poco a poco.
Quiero comenzar por resumir un poco la temporada hasta el día de hoy. En abril empezaron las carreras en Jerez, “mi casa”. Es un circuito que me gusta mucho, pero no es de los que mejor se me da. Siendo sincero, saqué una posición muy buena, tercero, pero a un mundo de los primeros. Este año nuestro objetivo es pelear por el título pero un cajón a 20 segundos de la cabeza no sabe del todo bien.
En MotorLand Aragón trabajamos mucho para dar la vuelta a la tortilla. Es un circuito que me encanta (y en el que tengo la vuelta rápida desde 2010) y en el que podíamos lograr algo mejor que otro tercer puesto. No realicé una buena salida y en la segunda vuelta estaba 8º, pero apreté los dientes y empecé a remontar hasta que, en la quinta vuelta logré ponerme en cabeza. Estuve liderando la carrera durante unas cinco vueltas, pero cuando se acercaba el final empecé a perder fuerza en los brazos y no pude evitar que Carmelo y Jordi me adelantaran. Entonces pensé: « ¿otro 3º no está nada mal no?, además les he plantado cara y ya estamos donde teníamos que estar…».
Me fui muy contento de Aragón, pues sabía que estaba a la altura de los más rápidos y que nos íbamos a Montmeló con la motivación por las nubes.
Pero todo no siempre sale bien y en Montmeló se complicaron un poco las cosas. Durante los entrenamientos de la tercera carrera de la temporada me dolía mucho el brazo derecho y no conseguía rodar cómodo. Tras el primer entrenamiento cronometrado tuve que ir a la clínica del circuito, pues el antebrazo parecía que me iba a estallar.
Cambiamos la planificación de los entrenamientos de forma que no fatigase mucho el brazo y poder rodar fuerte durante algunas vueltas. También modificamos los semimanillares para ir un poco más relajado y, al final, todo esto me permitió seguir rodando a ritmo rápido, eso sí, no pude mejorar de una sexta posición en parrilla.
Por la tarde, el día antes de la carrera, todo el equipo estaba volcado en mí y en que pudiera hacer el mejor papel posible al día siguiente. Por suerte, mi preparador físico, Juan Ángel Mañas, estaba allí y realizó un excelente trabajo que me permitió salir al día siguiente casi en perfectas condiciones.
Aún así, sabía que iba a sufrir mucho en carrera, y más saliendo desde la 6ª posición de la parrilla. Iba a tener que hacer una buena salida y remontar muchos puestos ¡Qué barbaridad!
¿La carrera? Sólo puedo decir que estaba muy impresionado. Cuando haces todo el esfuerzo para estar en tu sitio, cuentas con el apoyo de todo tu equipo y de tu gente (que vinieron a Barcelona desde Cádiz) sólo esperas poder compensarles con el mejor resultado. Pero me fui al suelo casi sin darme cuenta cuando estaba en segunda posición…
Me levanté lo antes posible para reanudar la carrera y durante las 10 vueltas que quedaban no pude dejar de pensar en el trabajo que había hecho todo el equipo durante el fin de semana, en el esfuerzo que habían hecho todos por venir hasta Montmeló… ¡Tenía que terminar la carrera como fuera y pasar bajo la bandera a cuadros!
Cuando terminé, no me salió otra cosa que pedirles perdón a todos ellos. Me esperaba otra reacción del equipo, quizá alguna cara larga, pero aunque terminé en 26ª posición cuando podíamos haber peleado por la victoria, lo que me encontré fueron gestos de apoyo, frases de ánimo y la mejor disposición del mundo para ir a por la próxima carrera a darlo todo, una vez más, por llegar al escalón más alto del podio.
He tropezado, pero me he levantado con muchas ganas y con más fuerza aún para ir a Albacete a conseguir la primera victoria de mi vida en el CEV.
