Marzocchi es uno de esos nombres estrechamente ligados al mundo de la moto. La fábrica de suspensiones italiana nació en 1949 dedicada exclusivamente a las suspensiones de moto, aunque también ha trabajado en el terreno de las bicicletas desde el “boom” del “moutain bike” a principio de los años noventa del pasado siglo. En 2008 fue adquirida por la norteamericana Tenneco, que después de menos de siete años consideró que no era una inversión rentable y decidió proceder a su cierre meses atrás.
Sus 70 empleados han trabajado para buscar una solución, porque Marzocchi seguía siendo una marca de calidad. No en vano, en 2015 sus suspensiones eran el equipamiento de serie de nada menos que 22 modelos.
El otoño ha estado marcado por un intenso trabajo en busca de un comprador que adquiriese la compañía, evitando así la liquidación judicial y el cierre. Y el invierno ha traído una solución: VRM Manufacturer, una ingeniería especializada en la automoción, confirmó su adquisición, que se firmó el pasado 22 de diciembre, consiguiendo además mantener todos los puestos de trabajo de los empleados de la fábrica. Además, la fábrica se mantendrá en la misma ubicación, Zola Predosa, evitando la temida deslocalización contra la que también luchaban sindicatos y trabajadores.
