Si en el Salón de Milán se presentaba la nueva Indian Scout Sixty , al otro lado del charco se mostraban por primera vez al público las Scout Sixty Super Hooligan, diseñadas por Roland Sands y preparadas para participar conjuntamente con la carrera de “Superprestigio of the Americas” en las Vegas.
Estas cinco motos mostraban perfectamente la filosofía de esta carrera, que se remonta a los años 30. Por aquel entonces, Clarence “Pappy” Hoel, uno de los propietarios más carismáticos de concesionarios de Indian, organizó una serie de carreras tanto de Flat Track como de Hill Climb a la vez que se celebraba la reunión de Sturgis, idea también de él conjuntamente a su club, los Jackpine Gypsies Motorcycle Club.
La Hooligan Race adquirió especial prestigio tras la Segunda Guerra Mundial, cuando muchos excombatientes se divertían corriendo en circuitos ovales con sus propias motos y un mínimo de preparación. Con estas premisas, RSD ha seguido manteniendo el espíritu de la carrera, preparando para esta ocasión cinco motos que serían pilotadas por el propio Roland Sands (moto Nº 10), el stunt rider Aaron Colton (Nº 93) y los invitados Drake McElroy (Nº 31), Travis Newbold (Nº 47) y Brendon Laúdes (Nº 23).
Disputada a tres rondas, las cinco Indian Scout Sixty Super Hooligan se clasificaron para la gran final, siendo Roland Sands quien llevase de nuevo a una Indian al podio de una prueba de Flat Track por detrás de Thor Drake y Chris Wiggins, ambos con Harley-Davidson. Drake, como vencedor, se llevó una de las recién presentadas Scout Sixty con la que, además, se permitió el lujo de dar una vuelta al óvalo para deleite de los aficionados.
De una forma muy similar al Dirt Quake IV del que hablamos hace una semanas, la Hooligan Race cuenta con un reglamento muy restrictivo, pensado para que cualquier persona pueda participar con su moto.
De esta forma, las premisas son que las motos deben cubicar un mínimo de 750 cc con motores de dos, tres o cuatro cilindros; el chasis debe ser idéntico al de serie y tienen que estar homologadas para circular por carretera. El resto es valor y manos para llevarlas al límite.
