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Honda CX500 Scrambler: Oda al estilo sesentero

Viaje en el tiempo para los más privilegiados
La Honda CX500 fue una moto exitosa de la marca del ala dorada en los años ochenta y, también, la base de la preparación de esta CX500 Scrambler que nos lleva hasta los sesenta.

Hay motos que aunque para el gran público no tengan un gran significado ni haya una conexión brutal con ella terminan siendo un éxito de ventas. Eso le pasó a la Honda CX500, una moto que ha servido de base para esta CX500 Scrambler, pero volvamos atrás en el tiempo para conocer algo más del modelo original.

Llegó a los mercados en los años 80 y lo hizo como respuesta de Honda a Moto Guzzi, que había anunciado una V-Twin ligera. Así que desde Tokio se pusieron manos a la obra para crear su propio V-Twin transversal de cilindrada media.

Pero no solamente el motor se salía de las convenciones Honda y es que la transmisión era por cardán. Cuenta la leyenda que todo en la moto se desarrolló desde cero, sin contar con elementos prestados de otras motos de la marca.

El viaje en el tiempo de la moto llega gracias a la "scramblerización" sesentera

Pues bien, gracias a esa apuesta de Honda para una moto que buscaba ser una mezcla de deportividad y elegancia, consiguieron una máquina que fue un éxito de ventas pero por su fiabilidad y baja necesidad de mantenimiento. De hecho, se convirtió en la moto preferida de los repartidores de medio mundo.

Y ahora que ya conocemos un poco más la historia de la moto, vamos a hablar de esta Honda CX500 Scrambler. Se trata de una preparación que nos llega desde Polonia, donde Warkot Motorcycles han decidido que la estética que mejor le quedaba era la de las motos scrambler de los años 60.

Los cambios de la Honda CX500 Scrambler no son solo estéticos

Para ello han puesto llantas de radio de 19 y 18 pulgadas respectivamente y han “estirado” las suspensiones, haciendo que sea 70 milímetros más alta que la de serie. Si a esto le sumamos los neumáticos de tacos, gran parte de la estética ya está lograda.

Lógicamente y como no podía ser de otra manera, se ha revisado toda la parte mecánica y el chasis, que se ha repintado, como el depósito de gasolina que se ha mantenido pero que gracias al trabajo de pintura parece nuevo.

Warkor Motorcycles está detrás de todo el proyecto

El escape también es diferente y lo mismo sucede con el guardabarros trasero y el asiento, que han sido hechos a medida. Otro de los aspectos llamativos (si nos fijamos) es cómo ha cambiado el freno delantero, que ahora cuenta con un disco flotante de 300 milímetros y una pinza de doble pistón.

Con todo ello la guinda la pone el faro y los laterales de aluminio cepillado que hacen que la moto tenga su carácter propio y no se parezca en nada al “gusano de plástico”, el mote que tuvo en sus días la CX500 porque todos sus acabados eran en ese material.

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