Cada día hay más movilidad urbana que pasa por los aparatos eléctricos. Patinetes, monociclos, bicicletas, scooters… poco a poco van llenando las ciudades con los usuarios buscando alternativas de movilidad más económicas, ecológicas y sencillas. Si a esto le sumamos que la tecnología ha avanzado lo suficiente como para conseguir que prácticamente cualquier fabricante pueda comprar los componentes por separado y ensamblarlos para conseguir su producto, la oferta es casi interminable.
Y dentro de esta oferta la que nos llama la atención es la de las bicicletas eléctricas y las motos eléctricas. ¿Por qué las bicicletas? Pues porque la línea que las separa de los ciclomotores eléctricos es cada vez más estrecha. Sobre el papel no hay lugar a dudas: la bicicleta eléctrica lleva un motor que asiste a la pedalada, pero no puede funcionar sin ella. Además, esa asistencia llega hasta que se alcanzan los 25 kilómetros por hora, a partir de ahí no deberían funcionar. También hay limitaciones en cuanto a la potencia máxima de dicho motor. Mientra,s una moto o un scooter eléctrico tienen su motor y su batería y la potencia que llega a la rueda solo depende de ellos.
Pero la realidad es que a día de hoy hay bicicletas con partes ciclo de un gran nivel, casi tanto como una moto si no más, y sabemos que algunas superan tanto la velocidad máxima como el requisito de que haya que dar pedales. Una muestra de ello fue la Bultaco Brinco, aunque en ese caso la versión se homologó como ciclomotor para cumplir la ley. O la Braih, una muestra más reciente de lo que hablamos.
Sin embargo, en el mercado también encontramos ciclomotores eléctricos en su estado más puro. Hablamos del “Vespino 2.0”, es decir, un modelo que puede ir tanto a pedales como con motor de manera independiente. No es la norma y todo aquel que alguna vez haya ido a pedales con un Vespino o una Mobylette sabe que no es la mejor opción del mundo, pero existe en eléctrico.
Lo curioso en este caso, como es el del eRockit, es precisamente su polivalencia en ese sentido, aunque tiene algo desconcertante. Su forma es de moto (a diferencia de la Brinco) y además su potencia es de 16 kW lo que implica que tiene más potencia por ley que las 125 del A1/B (limitada a un máximo de 11 kW). No deja de ser curioso ver vídeos en los que la moto alcanza los 80 km/h mientras que el usuario sigue dando pedales.
Es precisamente ese vídeo el que nos ha hecho preguntarnos ¿Es una moto? ¿Es una bici eléctrica vitaminada? ¿Dónde está el límite? ¿Cuál es la diferencia? La verdad es que nosotros tampoco tenemos claro dónde está la línea a pesar de lo que dice la ley. Lo que sí tenemos claro es que dar pedales mientras tomas una curva no es especialmente sencillo ni recomendable. Y tú, ¿cuál crees que es el límite entre bici eléctrica y moto (ciclomotor) eléctric@?