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Cenósferas, la palabra de la que no has oído hablar pero que puede convertir las edificaciones en baterías gigantes

Las cenósferas se presentan como una alternativa innovadora y sostenible para conservar la energía en los edificios.
El uso de las cenósferas como material aislante para cápsulas térmicas representa una solución sostenible y eficiente para mantener una temperatura confortable en los edificios, reduciendo así la cantidad de energía necesaria para la calefacción y refrigeración de los mismos.

Cuando se habla de producir energía de forma sustentable y no contaminante, lo primero que nos viene a la mente son los paneles fotovoltaicos, o los gigantescos aerogeneradores que ocupan, como un ejército de gigantes, grandes extensiones de terreno o de áreas marinas.

Y está bien, porque son dos de las maneras de producir energía alternativa, aunque también es sumamente importante disponer de formas eficientes de conservar esta energía en escalas superiores a las que actualmente ofrecen los bancos de baterías.

Conservación de energía

Una de estas alternativas para conservar gran cantidad de energía ha sido desarrollada por un grupo de investigadores estadounidenses, de la Universidad de Alabama y del Laboratorio Nacional de Energías Renovables de Estados Unidos.

Consiste en utilizar un subproducto de las plantas térmicas que funcionan con carbón, conocido como cenósferas, para aumentar la capacidad de conservar la energía de las cápsulas térmicas que actualmente se utilizan en edificios.

Cenósferas: baterías del tamaño de un edificio

El uso de materiales de construcción como elementos de la conservación de la energía térmica tiene una larga historia, pero también ha mostrado límites en su capacidad, como ha sido el caso de las cápsulas de los materiales de cambio de fase.

Se trata de microcápsulas que pueden conservar grandes cantidades de energía, y liberarla de forma progresiva. Para ello utilizan envolturas de polímeros que no son muy resistentes y tampoco se pueden usar en construcciones como el hormigón.

Conservación de energía

Los investigadores de Alabama y del NREL idearon un revestimiento para estas microcápsulas fabricado con cenósferas, que las protegen y las hacen más eficientes y resistentes. Con este recubrimiento ahora estas microcápsulas se pueden incorporar a grandes construcciones de hormigón, lo que podría convertir estos edificios en verdaderas baterías gigantes.

Uno de los investigadores del Departamento de Ingeniería Civil, de Construcción y Ambiental de la Universidad de Alabama, el profesor Jialai Wang, ha señalado que la incorporación de estos materiales con cenósferas en las construcciones y en sistemas de aire acondicionado y calefacción, convertiría los edificios en grandes estructuras de conservación de energía.

Dichas estructuras servirían para almacenar y distribuir la energía de forma más eficiente, e incluso para cubrir excesos de demanda de energía, o situaciones de emergencia, como cuando se producen cortes o hay grandes heladas.

Estos sistemas basados en el uso de microcápsulas recubiertas de cenósferas podrían ayudar a regular el flujo y consumo de energía, y servirían para una mejor gestión de la energía producida por aerogeneradores y paneles fotovoltaicos.

Conservación de energía

Propiedades de las cenósferas

Tal y como mencionamos antes, las cenósferas son un subproducto de la combustión del carbón en las plantas térmicas, esferas huecas de alúminio y sílice que pueden estar llenas de aire o gas. Es un material ligero, redondo (lo que facilita la creación de estructuras homogéneas), con propiedades acústicas (absorbe y refleja las ondas de sonido) y una gran resistencia, lo que facilita y hace recomendable su uso en asfalto, hormigón, pinturas, cerámicas, etc.

Su uso como revestimiento en las microcápsulas podría ser el último gran aporte de las plantas térmicas que todavía queman carbón para producir electricidad.

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