El pasado verano de 2021 fue la última vez que tuvimos noticias de los planes comerciales que preparaba Buell respecto a una vieja conocida dentro de sus filas, la Hammerhead 1190. Por aquellos días la marca estadounidense avisaba de que estaba preparando una nueva variante de su deportiva bicilíndrica, aunque a simple vista no dejaba de ser un remozado de la versión que presentaba el propio Erik Buell allá por el año 2014, la EBR 1190 RX, antes de que la empresa volviera a entrar en barrena financiera por segunda vez.
Luego llego el famoso Covid-19 y el mundo se paró de manera drástica, casi en su totalidad, por lo que la gente de Buell no encontró una manera solvente de seguir con el proyecto adelante. Aunque algunos rumores situaban a la Hammerhead 1190 en los concesionarios de la marca a finales de aquel mismo año 2021. Esto como ya sabemos no ocurrió y ahora, dos años después vuelven a la carga con un esperanzador anuncio en su Instagram oficial.
Al parecer, ya se puede reservar la nueva deportiva de Buell, por lo que se espera que en los próximos meses se empiecen a entregar las primeras unidades. Según la propia web oficial de la marca los precios parten desde los 19.995 dólares, unos 18.000 euros al cambio, alcanzando una cifra máxima de 25.995 dólares, 23.730 euros, si optamos por incluir las opciones que nos propone la firma estadounidense para mejorar el rendimiento en términos generales.
¿Qué tenemos a cambio?
El concepto poco ha variado respecto a lo que se sugería hace ya más de tres años cuando se planeaba el lanzamiento. Hablamos de una deportiva de buenas cualidades dinámicas, tanto por motor como parte ciclo, pero que probablemente no cope las expectativas de algunos clientes en materia electrónica. Aun así contamos con un propulsor tipo ET-V2: Bicilíndrico en V a 72° con refrigeración líquida e inyección electrónica asociado a un cambio de seis relaciones. El resultado final son 185 CV de potencia máxima a 10.600 rpm y 137,8 Nm a 8.200 vueltas.
En cuanto a la parte ciclo, la Hammerhead 1190 dispone de un chasis doble viga de aluminio apoyado sobre un completo equipo de suspensiones Showa. Delante encontramos una horquilla invertida, mientras que en la zaga trabaja un monoamortiguador, ambos elementos totalmente regulables. La frenada queda confiada a todo un símbolo de la marca. Hablamos, como no, de un disco perimetral delantero, en este caso de 386 mm de diámetro y accionado por una pinza de 8 pistones. En el eje posterior un segundo disco de 220 mm y pinza de doble pistón completan este apartado.
En definitiva estamos ante una vieja conocida que regresa con aires recobrados y que, a buen seguro, encontrará su lugar en el exigente segmento al cual pertenece. Indudablemente, los seguidores norteamericanos de la marca son los más acérrimos al modelo aunque no descartamos que en Europa haga su aparición antes o después y encuentre un buen nicho de mercado. Seguiremos atentos a nuevas a actualizaciones sobre el tema.
