Las motos eléctricas se abren paso poco a poco, y aunque su adopción sigue lejos de lo masivo, las grandes plataformas ya están tomando posiciones. Es el caso de Uber, que acaba de firmar un acuerdo con Vmoto para que sus repartidores (Uber Eats), pasen a usar scooters eléctricos de forma progresiva por toda Europa.
Detrás del movimiento hay un plan a largo plazo: colocar en la calle hasta 100.000 scooters eléctricos antes de que acabe la década. Un desafío de envergadura, puesto que la cuenta atrás nos deja por delante ahora mismo poco más de cuatro años, e implicaría una media de 25.000 scooters por año.

Las motos no serán de Uber directamente
El acuerdo entre Uber y Vmoto se podrá ver en ciudades clave como Madrid, París, Berlín, Lisboa, Londres o Ámsterdam, aunque no será Uber quien ponga directamente los vehículos, sino que lo hará a través de operadores como Zoomo, Zenion o Ride Today. La idea es que los scooters estén disponibles en alquiler, con condiciones ventajosas también para el mantenimiento y la recarga por parte de los repartidores.
Con esto, se busca facilitar que los repartidores dejen atrás los modelos de combustión —que, además del gasto en gasolina, se enfrentan a cada vez más restricciones urbanas — y opten por alternativas silenciosas, más limpias y adaptadas al uso diario intensivo.
Nick Spilger, responsable de emisiones en las entregas de Uber, daba su punto de vista de manera clara: “La misión de Uber es ayudar a las ciudades a luchar contra la contaminación atmosférica y a evolucionar hacia un futuro cero emisiones. Facilitar la transición eléctrica de los repartidores es un elemento crucial de esta misión. Estamos orgullosos de colaborar con Vmoto para permitir que los repartidores accedan a vehículos más limpios y más asequibles, mientras contribuimos al bienestar de las comunidades europeas.”

Más allá del reparto en sí, esto supone un paso significativo para normalizar la presencia de scooters eléctricos en las calles. Un cambio en el paradigma y una manera, quizás, de romper tabús porque los repartidores necesitan moverse mucho, rápido y sin tiempo para largas esperas cargando.
No hay que olvidar que, en este caso, las motos son herramientas de trabajo.