Muchas veces nos olvidamos de que, independientemente del mantenimiento periódico obligatorio marcado por el fabricante que realizamos en el taller, nosotros siempre tenemos la responsabilidad final de cuidar y revisar nuestra moto, controlando posibles fallos o anticipándonos a averías que podrían ser perjudiciales para nuestra seguridad y la de los demás.
Como cualquier vehículo a motor, la moto siempre es susceptible de verse afectada por algún fallo técnico fruto del desgaste y, también, fruto de un mantenimiento inadecuado. Por ello, aquí te enumeramos un listado con diez consejos sobre mantenimiento de componentes en pos de la seguridad vial: porque un buen chequeo vale más que mil palabras.
REGULACIONES
Igual que en el coche regulamos asiento, altura de volante o cinturón de seguridad, también debemos adaptar los mandos de la moto a nuestras necesidades y dimensiones. Por ello, es importante encontrar un buen equilibrio entre todos ellos para que la conducción sea más cómoda, minimizando así el cansancio. Hablamos de algo tan sencillo como regular el parabrisas, manillar/semimanillares, manetas y estriberas/pedales.
NEUMÁTICOS
Los neumáticos son el único elemento que nos mantiene en contacto con el suelo y su cuidado ha de ser extremo, más aún que en un coche debido a que de ellos depende nuestro propio equilibrio. Nunca hay que alargar su vida útil más allá de lo necesario y sustituirlos cuando veamos que empieza a perder dibujo. Lo ideal es revisar presiones (indicadas por el fabricante) semanalmente, elegir un modelo acorde a nuestras necesidades y no mezclar modelos/marcas pues el desarrollo actual de los mismos así lo exige.
ILUMINACIÓN
Tan importante es ver como ser visto, más cuando circulamos en moto. Aunque actualmente muchas motos de última generación ya disponen de iluminación full-LED, otras siguen confiando en las bombillas de toda las vida bien para los intermitentes o en toda la moto. Verificar su correcto funcionamiento y practicar un reglaje de altura adecuado para que no apunten al cielo (nuestro peso influirá en ello) es de vital importancia, no sólo para que veamos de noche sino para que también el resto de vehículos nos vea de día.
KIT DE TRANSMISIÓN
El kit de transmisión secundaria es otro de esos elementos de desgaste cuya duración también depende, además de nuestro tipo de conducción, del correcto tensado de la cadena y del buen estado del piñón y la corona. Para alargar su vida útil conviene engrasar la cadena y tensarla si es necesario, evitando que suene al circular o que parezca que vamos a “saltar a la comba” con ella. Los dientes del piñón/corona deben estar enteros y no comidos.
APRIETES
Apretar una tuerca/tornillo es una tarea fácil, pero la cosa se complica si se trata de una pieza vital de nuestra moto (basculante, motor, etc). Revisar el manual de taller o preguntar cuál es el par de apriete exacto de esa pieza nos dejará más tranquilos. Normalmente este par siempre viene dado en Nm y, si no tenemos llave dinamométrica, recurriremos a un taller de confianza para ajustarla correctamente.
BATERÍA
Suele ser uno de los elementos más sencillos, fáciles y baratos de sustituir pero en muchas ocasiones nos olvidamos de ella… hasta que un día no quiere arrancar. La vida de la misma depende del tiempo de inactividad o uso que realicemos, también se resiente en invierno y puede verse afectada por el empleo de periféricos enchufados a ella (guantes o chalecos calefactables). Con el mismo voltaje, capacidad y dimensiones indicados por el fabricante nunca tendrás problema para sustituir la batería de tu moto al primer síntoma de debilidad.
FRENOS
Ni que decir tiene que disponer de un sistema de frenado a pleno rendimiento puede separarnos del éxito rotundo al fracaso más estrepitoso en caso de una frenada de emergencia. Además de revisar el grosor de las pastillas (no esperar a que suenen los frenos o ya estaremos rozando el metal) también es aconsejable cambiar el líquido de frenos cada dos años pues, al igual que el aceite, “caduca” perdiendo así sus propiedades.
ACEITE Y FILTROS
Uno de los mantenimientos más habituales en una moto es el cambio del aceite y sus respectivos filtros (aceite y aire). El aceite es la sangre del motor, mientras que los filtros son los encargados de que respire mejor manteniéndolo libre de impurezas. En cualquier caso, debemos realizar una sustitución periódica de los mismos para alargar la vida del motor, y que no se resienta debido a la falta de propiedades por exceso de tiempo. No vale cualquiera pues el SAE/tipo correcto viene dado por el fabricante de nuestra moto.
SUSPENSIÓN
En caso de que nuestra moto equipe suspensiones analógicas-convencionales siempre es de vital importancia tararla según nuestras necesidades (peso, conducción, tipo de superficie, etc.) para ganar estabilidad, si bien en los sistemas electrónicos semiactivos todo el trabajo se automatiza a través de un botón en la piña del manillar. Independientemente del mecanismo de funcionamiento, cada dos años hay que cambiar el aceite de la horquilla y revisar el gas del amortiguador para que trabajen como deben y no «como quieran».
ELECTRÓNICA
Hoy día, las motos integran cada vez más electrónica en pos de la seguridad de los conductores. Está claro que no todas son iguales y los nuevos módulos inerciales IMU marcan la diferencia. Aunque estas ayudas a la conducción siempre son bienvenidas, nunca está de más poner algo de nosotros y evitar confiar ciegamente en ellas pues, si cogemos el gusto a eso de ir «haciendo saltar los chivatos» cuando circulamos en carretera, algo estaremos haciendo mal. Nunca debemos olvidar que el límite entre hacerlo bien y mal está muy cerca.
