Aunque conducir la moto por el arcén está prohibido salvo que expresamente nos lo indiquen bien los guardias de movilidad o bien los paneles informativos o señales, es habitual ver a cientos de usuarios circular en los atascos por él. Esto, que ya de por sí es una práctica peligrosa cuando las condiciones son óptimas, sube su riesgo en el momento que la lluvia empieza a hacer acto de prensencia.
¿Por qué es peligroso circular por el arcén?
Los usuarios que usan el arcén, piensan que es más seguro que circular entre el tráfico y, de hecho, actualmente hay diferentes iniciativas que reclaman a los órganos competentes el que se pueda circular en moto por ellos cuando hay atasco. Pero este uso no es tan seguro como se pueda pensar en un principio y es que en muchas ocasiones encontraremos otros vehículos averiados o accidentados en él, otros usuarios no vigilan su derecha por el retrovisor y lo invaden en ocasiones, está sucio y en las incorporaciones nos veremos encerrados en un sandwich.
Es por eso que se trata de una práctica de riesgo, que aunque nos puede hacer ganar algo de tiempo nos expone también a sufrir un accidente. No es menos cierto, que circular entre los coches también implica riesgos y es por eso que siempre hay que extremar las precauciones, pero por norma general cuando estamos metidos en medio del embotellamiento, vamos despacio, tratando de no llevarnos retrovisores y con mil ojos por si alguien hace un cambio de carril. Sin embargo, si tenemos “vía libre” como sucede en el caso de circular por el arcén, es probable que circulemos más rápido, a una velocidad inadecuada.
Por cierto, aprovechamos para recordar que la circulación entre los coches solamente está permitida en caso de que estos estén completamente parados. En el momento en el que el tráfico empieza a rodar, tampoco se puede.
¿Por qué aumenta el riesgo de circular por el arcén cuando llueve?
Como todos sabemos, la lluvia es sinónimo de atasco en las urbes. Siempre se dice que a la gente se le olvida conducir en cuanto comienza a caer agua del cielo, pero la realidad es que hay que aumentar la precaución porque las distancias de frenado aumentan y la visibilidad disminuye.
En la primera parte de texto haciámos mención a los vehículos averiados y accidentados que reposan en el arcén y también a la suciedad. Si tenemos en cuenta que el agua ya disminuye el agarre, encontrarnos toda la suciedad en el camino, el aceite, el barro e incluso restos de accidentes nos va a hacer que frenar sea una misión extremadamente delicada, incluso contando con la inestimable ayuda del ABS.
Si a estas condiciones sumamos una velocidad excesiva, las opciones de acabar en el suelo ante cualquier imprevisto son muy elevadas. Y da igual que pienses que eres capaz de controlarlo, porque la realidad es que se convierten en auténticas pistas de patinaje, así que ya sabes que si eliges circular por el arcén, al menos, debes hacerlo con mucha precaución incluso aunque montemos neumáticos de invierno en nuestra moto.
