Antes de la primera Sprint Race de la historia de MotoGP, antes del polémico accidente de Marc Márquez y su correspondiente sanción, antes incluso de la sesión clasificatoria, el corazón se nos congeló con la brutal caída que Pol Espargaró sufría durante los libres 2 del GP de Portugal.
El piloto español perdía el control de su GasGas y tras pasar por una escapatoria, a todas luces insuficiente y sin las condiciones que se deben exigir en una pista del Mundial de MotoGP, impactaba contra el muro de neumáticos (sin aire fence) de la curva 10. Las lesiones fueron muchas, variadas y graves. La caída fue tan impactante que saber que estaba fuera de peligro vital fue un alivio.
A partir de ese momento las informaciones sobre el estado de Pol han sido pocas pero alentadoras. Su hermano Aleix ya nos tranquilizaba en Portugal y luego ha hablado en alguna ocasión sobre el proceso de recuperación, dando a entender la seriedad de las lesiones. A través de redes, primero tras su traslado al Istitut Universitari Dexeus y luego con una fotografía felicitando a su mujer, pudimos seguir levemente su situación. Pero ha sido ahora cuando a través de un vídeo nos ha contado, en primera persona, las secuelas del accidente. En el vídeo, en el que podemos ver a un Pol más delgado como él mismo reconoce, repasa todas las lesiones que le produjo la caída. La más evidente, porque se aprecia la cicatriz, es la fractura de la mandíbula que lo llevó a tener la boca cerrada para la recuperación, y es que se la fracturó por dos sitios.
La fractura en la parte derecha de su cara tuvo como consecuencia lesiones en el oído, de las que tuvo que ser intervenido. Afortunadamente la fractura en varias vértebras cervicales no tuvieron gran impacto en el piloto de Granollers, pero sí el problema neuronal en la zona nerviosa que le baja del cuello a la escápula y que le ha llevado a perder potencia muscular en algún músculo.
Siguiendo con la enumeración de las fracturas, las costillas derechas también se vieron afectadas aunque, según reconoce Espargaró, es lo que mejor lleva. Por último, pero no por ello menos importante, las tres fracturas vertebrales, especialmente la de la octava vértebra, que le obligan a usar corsé a día de hoy. Aun con todo lo que tiene encima, Pol reconoce que ya está entrenando físicamente (nada de moto), con el objetivo de volver a subirse a su GasGas lo antes posible.
Es alentador ver que, a pesar de lo complicado de la situación y de estas últimas semanas, Pol no pierde su sonrisa. Lo escalofriante es pensar que estas lesiones se las produjo con los mejores sistemas de protección pasiva existentes, pero es gratificante verlo de vuelta aunque por ahora sea por ahora con un vídeo. En el fondo nos sentimos aliviados y afortunados de que un accidente así de grave, acrecentado por una flagrante falta de previsión de las protecciones necesarias para la zona, haya podido resumirse por parte del protagonista. ¡Mucha fuerza Pol!