El GP de Catalunya estaba marcado principalmente en el calendario de dos pilotos. Por un lado en el de Aleix Espargaró, que llegaba a su carrera de casa optando a todo y con las posibilidades técnicas y capacidades humanas para hacerlo. Por otro lado estaba Fabio Quartararo, desembarcando en una pista que conoce también a la perfección y en la que ha acostumbrado a realizar grandes actuaciones. El fin de semana fue un duelo entre ambos, con Aleix intratable en los entrenamientos y anotándose la pole, pero al empezar la carrera la cosa fue bien distinta.
El francés comenzó a imponer su ritmo, mientras que Aleix tuvo que conformarse con mantenerse en la segunda o tercera posición en función del momento de la carrera, peleando con un soberbio Jorge Martín. Todo el mundo estaba expectante a la segunda parte de la carrera para ver quién había podido gestionar mejor los neumáticos, pero Fabio no bajó el ritmo y aunque Aleix pudo zafarse tanto de Martín como de Zarco y coger unos metros de ventaja, no tuvo opción de acercarse a un triunfador Quartararo que se anota una contundente victoria.
El podio también parecía más o menos claro con Espargaró segundo y Martín tercero, pero cuando empezaba la última vuelta un error de apreciación de Aleix le hizo entender que había acabado la carrera y se puso a celebrar su “nuevo” podio. Los pilotos de Ducati no tardaron en adelantarle, también lo hicieron Mir y Marini y fue entonces cuando el de Aprilia entendió que no se había acabado la carrera. Pudo recuperar el ritmo, mantener la calma para no irse al suelo y superar a Marini para acabar quinto. Seguramente no sepa a mucho ese quinto puesto y puede que muchos se cuestionen el error, incluido el propio Aleix, pero es simplemente eso, un error. El año pasado Quartararo no se cerró el mono, ayer muchos pilotos no supieron medir la situación de la pista y acabaron en el suelo… cuando se va al límite se cometen errores a veces incompresibles, pero aún quedan 11 GP por delante.
El fallo de Espargaró puso en bandeja el podio a Martín y Zarco, que acabaron segundo y tercero en ese orden, siendo capaces de leer en todo momento la carrera y no arriesgar más de la cuenta mientras que las bajas se iban sucediendo. Montmeló era una carrera de supervivencia, como sucede todos los años, cuando las temperaturas son altas y ellos supieron jugar sus cartas perfectamente.
En cuanto a las caídas, un total de siete pilotos acabaron en el suelo a lo que hay que sumar el abandono de Andrea Dovizioso, por lo que solamente acabaron 17. De las caídas la más destacable por lo impactante y por lo que pudo condicionar el devenir de la carrera fue la de Takaaki Nakagami que cometió un grave error en la frenada de la primera curva para irse al suelo, arrastrando en el camino a Pecco Bagnaia tras golpear con su cabeza la moto del italiano y con Alex Rins que fue arrollado por la moto del nipón. Unas imágenes sobrecogedoras que, afortunadamente, se han saldado con lesiones recuperables.
En el caso de Alex Rins sufre una fractura en el hueso piramidal o triquetral de la muñeca izquierda sin desplazamiento que requiere de reposo y ahora mismo es duda para el GP de Alemania. Mientras, Takaaki Nakagami no ha sufrido fracturas pero sí serias contusiones y se perderá los test que se celebran hoy. En cualquier caso lo sorprendente es que Nakagami haya salido de Montmeló sin una sanción, algo por lo que claman muchos de los pilotos de la parrilla.
Tras este peculiar GP, Fabio Quartararo aventaja en 22 puntos a Aleix Espargaró que, a su vez, está 31 puntos por delante de un Enea Bastianini que también se fue al suelo y no pudo sumar puntos. En cualquier caso, lo que sí parece como atestiguan los números es que Quartararo y Espargaró están distanciándose del resto de los rivales. Ahora toca esperar dos semanas para disfrutar de la nueva batalla en Sachsering, veremos cómo se adaptan los dos grandes favoritos al título.