Gran Premio de Japón, cuarta vuelta: Jorge Lorenzo se había colocado previamente en cabeza pero ya empezaba a flojear (o los demás ya tenían confianza) y, primero Marc Márquez y después Andrea Dovizioso, le pasaron. Así el de Ducati se quedó a merced de Johann Zarco, y el francés no destaca por su delicadeza adelantando. Recordemos sin ir más lejos el GP de Estados Unidos, donde dejó sin espacio a Valentino Rossi (nada menos) obligándole a seguir recto en las “eses” rápidas del circuito americano.
Pues algo así ocurrió en Japón. Zarco se metió por dentro en la curva nueve (izquierdas) y al acelerar, con Lorenzo a su lado, dejó al mallorquín sin espacio. Se tocaron, Jorge cortó (se iba a la hierba) y… Zarco siguió sin inmutarse. Hay varias tomas de la acción y siempre se aprecia que Zarco se mete por dentro, pero sólo supera a Lorenzo en la salida y cuando éste se ve obligado a cortar tras el toque. El de Ducati critica al francés por pilotar en carrera como si estuviera entrenando con una consola de videojuegos, y los demás pilotos fueran “fantasmas” intangibles a los que ir superando.
“No es la primera vez que hace cosas así, también lo ha hecho con otros pilotos. Lo sigue haciendo como si estuviera jugando con la PlayStation en busca de su tiempo, como si no hubiera nadie a su lado, muy agresivo. He ido a su box, pero no entiende que ha lo ha hecho mal y no lo va a cambiar. Alguien podría decirle que tiene que tener más calma. Cree que lo está haciendo bien y que yo o nosotros tenemos que tener cuidado y no él”.
La versión de un Zarco tranquilo como si la cosa no fuera con él es otra, claro… “Ya tenía confianza con el tren delantero con lo que he pensado que podía atacarle en la curva 9. Entonces él ha intentado seguir por la parte exterior, pero cuando he salido de la curva no le he visto, no he pensado que podría estar ahí y nos hemos tocado al abrirme por mi aceleración. Yo iba con normalidad en mi línea y nos hemos tocado. Ha sido un toque bastante fuerte, pero normal en una carrera, porque creo que yo iba por dentro y tenía ventaja. Lo bueno es que ninguno se ha caído”.
Tras el toque, Lorenzo empezó a perder posiciones quizás por falta de confianza (o cabreo, o ambas cosas). Pero, como en algún otro Gran Premio este año, cuando volvió a confiar en su Ducati (y sus Michelin) volvió a rodar rápido, de los más rápidos de hecho, y remontó. Pasó entre otros al propio Zarco, más lento a final de carrera como los demás sin agarre en los neumáticos de agua elegidos. Jorge acabó sexto y Zarco, octavo, pero eso no le quitó como hemos visto el enfado por ese adelantamiento tan duro del de Yamaha en las primeras vueltas.
