Las carreras de coche no siempre fueron más seguras que las de motos, ni para los pilotos ni para los espectadores. En otros tiempos donde la velocidad primaba sobre la seguridad, hubo muchos accidentes. Los circuitos eran muy diferentes a los actuales, incluso los permanentes que ya existían en aquel momento no tenían nada que ver. La pista acababa donde empezaba el campo y una pequeña alambrada separaba al público de los vehículos.
Tampoco existían los muros en las rectas ni se había inventado el “pitlane”, y fue precisamente esa falta de muros y pitlane la que dio lugar al accidente más horrible que ha habido en la historia de la competición. En las 24 Horas de Le Mans de coches de 1955, un toque entre el Mercedes de Pierre Levegh y al Austin-Healey de Lance Macklin hizo que el primero saliera catapultado cayendo sobre la tribuna. El resultado fue fatal y además de Levegh fallecieron más de 80 espectadores, además de que otros 120 resultaron heridos. La carrera tuvo que continuar a pesar del grave accidente para que los espectadores no abandonaran el circuito y las asistencias pudieran evacuar a los heridos, una auténtica catástrofe.

Ese grave accidente hizo que Mercedes abandonara por mucho tiempo la competición y la F1 (a pesar de ser otra categoría), pero además muchos países se plantearan el futuro de las carreras en general y Suiza, en 1956, decidió acabar con ellas para siempre. No se trató de una decisión temporal ni condicionante, desde entonces las carreras están prohibidas en el país centroeuropeo. Ha habido algunas excepciones en estos casi 70 años con subidas en cuesta, e incluso con la FormulaE en Zúrich y Berna, pero la ley lo impedía como norma general. Eso sí, en motocross hemos seguido viendo carreras, pues lo que no estaba permitido era en carretera y, por ende, asfalto.
Afortunadamente hoy en día las competiciones no son lo que eran y la seguridad está por encima, al menos en teoría, de la velocidad y el espectáculo. Es por ello que primero el Consejo Nacional y luego el Consejo de los Estados votaron a favor de la derogación del artículo 52 de la Ley de circulación por carretera. Ahora faltan definirse otros puntos antes de que tenga lugar la votación final dentro de unos días, pero todo parece encaminado para que las carreras vuelvan a ser legales.
Eso, sin embargo, no quiere decir que las carreras vuelvan de inmediato a Suiza y además parece que en caso de hacerlo lo harán principalmente de vehículos eléctricos. Aun así, el desafío que tienen por delante es el de construir circuitos capaces de albergar grandes competiciones, algo que requiere de planificación y dinero, aunque esto último ya sabemos que no será un problema en el país alpino. Por cierto, el último Gran Premio de Suiza del Mundial de Motociclismo tuvo lugar en 1954, y fue el desaparecido Geoff Duke quien se llevó la victoria en 500. También en 1954 se disputó el último GP de F1 y la victoria fue para Juan Manuel Fangio.