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Frenos de carbono, el desafío de los novatos en MotoGP

Fotos: MotoGP/Repsol Media / KTM Images
Los frenos de carbono son una de las grandes novedades que se encuentran los pilotos cuando llegan a MotoGP. En ninguna otra categoría se pueden usar (tampoco en SBK) y en algunos casos llegan a poner a prueba los reflejos de los pilotos, como pudimos ver en los test de Valencia.

Llegar a MotoGP supone un desafío de por sí. Ya se venga desde Moto2, desde SBK, o desde cualquier otra categoría hay algo que ningún otro piloto habrá usado nunca si no se ha subido a uno de estos prototipos y son los frenos de carbono. Imprescindibles en la categoría reina para conseguir parar con seguridad en cada frenada y vuelta tras vuelta tienen una serie de peculiaridades muy interesantes, aunque se podría resumir como que son más potentes y regulares en sus frenadas que los de acero y que pesan mucho menos. Pero eso sería quedarse en la parte más superficial.

Su principal característica es que están fabricados, como se puede deducir fácilmente, en carbono. Se incorporaron en competición a finales de los años ’80, principio de los ’90 y, curiosamente, en las primeras ocasiones que se hizo se montaba un disco de carbono y en el otro lado uno de acero, por si acaso…

En Qatar se aprecia la franja incandescente

Otra de sus características es que funcionan mejor cuanto más calientes están, al contrario que sucede con los de acero, por lo que su comportamiento a lo largo de una carrera o entrenamiento es más constante, pero requieren precisamente de esa temperatura para poder funcionar (de hecho en la noche de Qatar se pueden ver incandescentes). Si el freno está frío no frena y es por eso que hasta hace muy poco no se usaban más que en condiciones de seco y, también, esa es la razón por la que cuando se hacían pruebas por parte de pilotos no profesionales de las motos se montaban los frenos de acero que se empleaban en lluvia. Pero esto va un paso más lejos y es que aun en condiciones óptimas de funcionamiento en los primeros metros de frenada no “muerden” igual que cuando van pasando los metros, cogen su temperatura definitiva y luego son capaces de sorprender a los neófitos con su potencia.

De hecho este año hemos tenido en MotoGP dos claros ejemplo de lo que son capaces los frenos de carbono. El primero de los casos llegó del experimentado Michele Pirro en Mugello. Después de los rasantes de la pista italiana, las pastillas se separaron y cuando Pirro tocó el freno en un primer momento, los frenos no frenaron pues no había rozamiento. En ese momento (como es lógico al ir a más de 340 km/h) entró en pánico y tiró de la maneta como si no hubiera mañana. La consecuencia, una escalofriante caída en la que salió despedido por encima de la moto porque su Ducati bloqueó la rueda delantera.

Los frenos de carbono son muy especiales

La segunda que hemos visto es más divertida, pero refleja fielmente lo que son los frenos de carbono y lo que suponen en cuanto a desafío para los pilotos que comienzan a utilizarlos. Esta semana, durante el test de MotoGP en Valencia, Miguel Ángel Oliveira debutaba con la KTM. Después de salir de boxes, “Oli” llegaba a la curva no muy rápido y en un primer momento parece que frena sin que la moto comience a detenerse, pero justo después ¡zas! un stoppie en toda regla que seguro que puso el corazón a 1000 al portugués. Afortunadamente, Miguel Ángel reacciona rápido (a pesar de la posición) suelta frenos, la moto vuelve a tocar con las dos ruedas en el suelo y un sudor frío recorre la espalda de los técnicos de KTM en el box.

Sin duda esto es una muestra gráfica de lo que los pilotos siempre comentan como más destacado cuando se bajan por primera vez de una MotoGP. Y es que parece que sobrepasar con creces los 300 km/h, la electrónica que controla la potencia dependiendo de la curva, la aceleración brutal o unos chasis que llevan las motos por raíles con trazadas que otras motos no pueden hacer, no les llama la atención lo que lo hacen unos frenos de carbono trabajando a pleno funcionamiento. Al fin y al cabo y a pesar de que una MotoGP tiene una zona de contacto mínima con el suelo y de la transferencia de peso, son capaces de hacer frenadas de más de 350 km/h a 80 km/h como San Donato en Mugello en poco más de 200 metros ¿a quién no le impresiona eso?

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