Desde el lanzamiento de la Honda XL600V de 1986, hace nada menos que 38 años, la Honda Transalp es un modelo muy importante para la firma del ala dorada. Sobre su base, el modelo evolucionó a lo largo de los años en la XL650V (2000) y XL700V (2008), que crecieron en cilindrada y adoptaron sistemas como la inyección electrónica.
La XL750 Transalp, revelada en 2022 en el EICMA y probada a fondo en estas líneas, no tiene nada que ver con sus antecesoras; es una moto concebida en y para el siglo XXI. La Honda XL750 Transalp ha perdido la “V” de su denominación, pues su motor es ahora un bicilíndrico en línea, derivado del que equipa la CB750 Hornet.
También disfruta de electrónica, como su hermana, pudiendo elegir entre varios modos de conducción (Sport, Standard, Rain y Gravel) en los que varía las proporciones de entrega de potencia (P), freno motor (EB), control de tracción (T) y ABS.
Además, hay un modo User, en el que puedes escoger tú la configuración de P,EB,T y ABS (con modos on y off road), pudiendo desconectar en él el ABS de la rueda trasera y el control de tracción en su totalidad (de cara al uso off road).
Entre las 10 motos más vendidas consideradas como mixtas o trail, hay 5 Honda. La lista la lidera la Honda X-ADV, pero la Transalp destaca en 4ª posición, aumentando sus ventas en 2024 respecto a 2023 y recortando distancias con sus predecesoras. El motivo hay que buscarlo en el éxito de Honda en el planteamiento del modelo, que se basa en tres pilares que parecen muy lógicos, pero que no son tan fáciles de conjugar en una motocicleta. El primero es la facilidad de conducción, basada en una postura neutral en carretera y en campo, junto a su compacidad y ligereza.
La Transalp 750 pesa 208 kilos en orden de marcha, una cifra realmente buena. El segundo es su practicidad, que a su vez significa comodidad (postura y protección aerodinámica) y versatilidad. La rueda delantera de 21 pulgadas, junto a los recorridos de horquilla y amortiguador (200 y 190 mm respectivamente) permiten adentrarse en terrenos más complicados de los que su diseño elegante y discreto sugiere.
Por último, está la diversión, fruto sin duda de su gran relación peso/potencia. Piensa que la Honda XL600V de 1986 rendía 50 CV, por los 92 CV de la actual, cerca del doble de potencia, mientras que solo pesaba 11 kilos menos. A esos buenos momentos contribuye la facilidad de conducción antes mencionada, fruto de la mejora en frenos y suspensiones, pero sobre todo, en la irrupción de la electrónica, que al facilitar las cosas, brinda seguridad y diversión.
La ruta de la Transalp Experience consistía en un gran bucle de casi 300 kilómetros, aproximadamente 70% asfalto y 30% off road, con pasadas por puertos tan bonitos y espectaculares como el Coll de Capsacosta o el Coll de Jou.
Para el primer día, el pronóstico meteorológico anunciaba frío. Acertó con precisión. Con 4ºC a la hora de empezar, no parecía que estuviéramos en los últimos días del verano. La temperatura subió rápidamente con el paso de las primeras horas, que fueron enteramente de asfalto.
Pudimos corroborar las fantásticas cualidades dinámicas de la Transalp en carretera “out of the box”, es decir, de estricta serie. El bicilíndrico hornetiano sube de vueltas con prontitud y estiradas gratificantes. La puesta a punto de suspensiones es óptima, por cuanto se puede rodar a ritmos elevados en carretera y con agilidad en off road, bastante más de la que yo soy capaz de ofrecer.
En ese sentido, me pareció una moto muy equilibrada, que me enseñó una cosa que yo no tenía tan segura: no soy un experto en off road, pero sí lo suficiente como para rodar cerca de 100 kilómetros fuera de carretera en una Transalp Adventure, llegar al hotel con una sonrisa y con la sensación de que voy en moto mejor que esa misma mañana.
Puede parecer una tontería, pero haberlo pasado tan bien (y sin sufrir) es fruto de una moto que te pone las cosas fáciles. El secreto está sin duda en el peso; en su ausencia, siendo exacto. Cuando ruedas por campo con una moto de más potencia que la que pueda tener cualquier moto de enduro, lo más importante es tener la nave bajo tu control.
En el caso de la Transalp, es ella la que te ayuda a ti. Incluso con el control de tracción desactivado (y sin ABS), la progresividad del acelerador es magnífica, no poniéndote en compromiso en ningún momento. Cruzar la moto es posible, pero también existen los grises que habitan entre ir «a saco» e ir “pisando huevos”, todo al alcance de tu puño derecho, a su vez conectado vía acelerador electrónico con la rueda trasera.
A mediodía disfrutamos de un completo picnic, ya con la temperatura templada y que sirvió de preámbulo para la segunda parte de la jornada, casi todo por off road. En los caminos quebrados, subiendo o bajando, las suspensiones están a la altura. No es un modelo de competición, pero tampoco pretende serlo.
El punto dulce de la Transalp es que es capaz de llevarte con comodidad y facilidad más lejos de lo que puedas pensar, sin tener que hacer siquiera ninguna modificación, más allá de los accesorios que puedas querer para personalizarla. Llegados a este punto, había algunas unidades de XL750 que montaban un piñón de salida de 15 dientes (el de serie es de 16), acortando un poco el desarrollo. Un cambio tan nimio, sencillo y barato le da a la moto un carácter más vivo y reactivo al gas, muy útil en off road.
Me gustó el desarrollo corto en off road y lo montaría, por ejemplo, en un viaje a Marruecos (por ejemplo). En utilización 100% carretera prefiero el piñón de 16, pero no dejaría de tener un piñón de salida de 15 dientes en mi caja de herramientas..
Como colofón, el fin de semana nos desplazamos en la XL750 Transalp a la última cita del calendario del campeonato del mundo de Trial GP. Contemplar cómo los pilotos pasan por zonas que minutos antes considerabas imposible superar, es difícil de explicar.
El título ya estaba decidido en favor de Toni Bou antes de llegar a la cita de Ripoll, pero sí pudimos disfrutar la celebración del 2º puesto final en el campeonato de Gabriel Marcelli. Ambos nos mostraron que su categoría como campeones y buenos pilotos está a la altura de su buen rollo.
Durante la experiencia, también contamos con una unidad de la versión XL750 Transalp SP, disponible a partir de octubre y que cuenta con una decoración distinta; incluye cubrecárter y un juego completo de defensas.
Sigue vigente, de momento hasta el 30 de septiembre, la promoción de 1.150 € a restar en la compra de una XL750 Transalp (11.000 €) o de una XL750 Transalp A2 (10.600 €).
