Prueba Suzuki Inazuma 2014: ciudadana del siglo XXI

Resulta obvio que esta “dosymedio” ofrece más posibilidades que el mero desplazamiento urbano; por supuesto que puedes hacerte una escapadita de fin de semana y hasta viajar con ella si te lo planteas (de todo ello te hablo más adelante), pero su esencia reside en la capacidad de llevarte de una punta a otra de la ciudad atravesando el tráfico más denso o cogiendo carreteras del extrarradio.

Si nos planteamos el perfil de comprador que va en busca de una moto de baja cilindrada tenemos, primero, al usuario procedente del carné de coche que demanda ahorro de tiempo en sus desplazamientos y va en busca de una 125. Es ese mismo usuario el que, un tiempo después y tras haberle picado el gusanillo de las dos ruedas, quiere aventurarse con algo más potente que además cubra sus necesidades de ocio.

Parece lógico pensar que la mejor opción sea obtener el carné A2 y optar por una moto grande limitada para evitar aquello de que “pasado mañana se me quede pequeña la burra”, pero entre tanto nos hemos olvidado de que existe entre medias una opción intermedia en cilindrada que propone hacer las cosas bien, subir escalonadamente de cilindrada e ir cogiendo experiencia con unos pesos, inercias y reacciones adaptadas a la experiencia de alguien relativamente nuevo en este mundo. Esto es precisamente lo que motos como esta Inazuma nos ofrecen, a un precio por cierto bastante ajustado en comparación a la moto potente pero limitada.

Agradable es la palabra…

Debo decir que esta Suzuki me ha sorprendido gratamente. Con una estética que aún estando inspirada en la Súper Naked B-King no me dice demasiado atendiendo al diseño, la Inazuma muestra sin embargo una alta calidad de acabados: intermitentes integrados en el depósito; paneles laterales en símil de aluminio; uso de ese mismo material en componentes como estriberas, palancas de cambio y freno, y asideras de pasajero; carenados voluminosos; escapes (colector más silenciador) cromados de principio a fin… Toda una serie de detalles que estéticamente sitúan este modelo en una categoría claramente superior a la de 125 cc “para principiantes”.

YBR pesa 45 kg menos), no es difícil maniobrar en parado, eso sí, atento al buscar la pata de cabra con el pie porque está algo escondida. Inicio la marcha y compruebo que la ergonomía es simplemente excelente: el ángulo de las rodillas es el justo y los brazos descansan sobre el manillar sin llegar a estar sobre elevados (la única pega en este sentido es el excesivo recorrido del acelerador).

La caja de cambios destaca por su suavidad y precisión; acostumbrado a los lógicos “cracks” al engranar primera en otros tantos modelos, hacer lo propio en la Inazuma es como untar mantequilla… por mucho que jugué con él los días en los que la tuve en mis manos, no conseguí que se “escapara” ninguna marcha, comprobando sin embargo que apenas se nota ni escucha el cambio. Esto unido al buen tacto del embrague hace posible unas salidas suaves y tranquilas. Hace falta poco tiempo para percatarse de que esta pequeña naked es muy fácil de conducir, muy fiel a su piloto, de tacto dulce y tranquilo… Agradable es la palabra.

Lo justo

Su motor bicilíndrico en línea cubica 248 cc, se alimenta mediante inyección electrónica y está refrigerado por agua. Incorpora un cigüeñal calado a 180º con eje de equilibrado que se encarga de reducir las vibraciones y el ruido mecánico, algo que sigue contribuyendo a la sensación de suavidad de la que te hablaba en el párrafo anterior. Sus dosis máximas de potencia y par (24 CV y 22 Nm respectivamente) no son exageradas pero sí justas y suficientes para cumplir con su cometido, que no es otro que proporcionar desplazamientos a buen ritmo y consumos reducidos.

El propulsor no destaca por su salida, que es más bien tranquila, pero sin embargo desarrolla bien y de forma lineal gracias a una curva de par bastante plana. Este aspecto permite equivocaciones pasándote con el puño del gas sin mayores consecuencias, pero sobre todo es responsable de unos consumos reducidos.

El sonido proveniente del motor y los dos escapes al subir de revoluciones es agradable, muy fino y sin estridencias, y reconozco que durante los primeros kilómetros abusé de la parte alta del cuentavueltas; en cierta manera creí que al tratarse de un motor de pequeña cilindrada, cuantas más revoluciones más potencia, pero como ya te he comentado la curva de par es plana y se obtiene casi el mismo empuje llevando el motor a medio régimen.

Sin lujos pero eficaz

La parte ciclo no hace gala de la última tecnología ni elementos de altísima calidad, pero funciona a la perfección. El chasis es un doble cuna de acero que otorga gran estabilidad y manejabilidad a la conducción teniendo en cuenta las inercias que motor y frenos pueden ocasionar.

Las suspensiones carecen de ningún tipo de regulación y se muestran tirando a blanditas, lo que en ciudad se convierte en una comodidad; sorprendentemente van igual de bien sin acusan meneos raros cuando elevo la velocidad y encaro curvas cerradas, en las que la Inazuma va mucho más estable de lo que cabría esperar… ¡esto es eficacia! El equipo de frenos ofrece un funcionamiento correcto, si bien eché de menos más potencia en el delantero (quizá la pinza de doble pistón no es suficiente para frenar una moto que no destaca por su ligereza y alcanza casi los 150 km/h).

Fuera de la ciudad

Ya te acabo de desvelar que su velocidad máxima roza los 150 km/h de marcador (140 llaneando), por lo que te puedes imaginar que puedes circular sin problemas, miedos ni falta de potencia disponible para adelantar por cualquier tipo de vía. Sus condiciones de naked la hacen poco aconsejable para viajar, pero el tamaño y el motor perfectamente permiten escapadas y rutas de fin de semana, en las cuáles se sigue mostrando ágil y ligera, a la vez que estable y robusta.

Especial mención merece la instrumentación, que gracias a un completo panel muestra la velocidad, cuentakilómetros total y dos parciales, indicador de nivel de combustible, indicador de intervalos de mantenimiento y reloj horario, además de los pertinentes testigos luminosos y atención, ¡un indicador de marcha engranada! El cuentarrevoluciones cuenta con 3 modos que ofrecen la información necesaria al conductor para reducir el consumo: STANDARD (luz indicadora de “sobrerrégimen” apagada), NORMAL (indicador se enciende teniendo en cuenta el régimen adecuado para la velocidad en ese momento) y ECO (indicador se enciende y parpadea a un régimen inferior para reducir consumos). Resaltar que respetando las señales luminosas que proporciona el modo Eco, el consumo medio de 4 litros a los 100 se reduce a 3,5 litros, lo que teniendo en cuenta su depósito con 13,3 litros promete una autonomía en torno a los 380 km.

Valoración final

En definitiva, estás ante una moto lógica y extremadamente equilibrada que promete desplazamientos ágiles y cómodos por ciudad, y la posibilidad de salir fuera de ella circulando a velocidades de crucero por encima de los 120 km/h.

Excelente opción para los menos experimentados que proceden de los 125 cc y no quieren dar el salto directo a modelos más potentes, pero también interesante alternativa para los que siendo más avanzados buscan no sólo economía para el día a día sino un precio tan interesante de venta como los 3.899 € que cuesta (actualmente en promoción por 3.399 €).