Prueba Macbor Montana XR1 2023: Introducción
Macbor sigue renovando sus modelos más icónicos (hace poco os hablábamos de la nueva Macbor Rockster 2023) y ahora le toca a la exitosa y carismática Macbor Montana XR1 2023.
Desde su salto a las motos grandes (Macbor comenzó como marca de motos infantiles allá por 1999) uno de sus modelos más emblemáticos siempre ha sido esta pequeña trail de 125. No en vano el trail de 125 ha sido una fuerte apuesta de la marca catalana y ya podemos decir sin miedo a equivocarnos que la jugada le ha salido bien.
La apuesta se dobla ahora con la misma filosofía. Una moto bonita y alegre, muy polivalente, que puede cumplir las necesidades de un amplio abanico de usuarios. Los que se inician en el trail encontrarán una compañera confiable y dócil en esta XR1 y los más expertos pueden disfrutarla como segunda moto, más pequeña y manejable que su maxitrail habitual. Los más urbanitas tendrán también una solución de movilidad con una ergonomía muy cómoda y un equipamiento muy práctico.
Algunas competidoras de la Macbor Montana XR1 125 son la Rieju Aventura 125, La Zontes U1-125 o la Motron X-Nord 125. Veamos qué aporta esta Macbor Montana XR1 125 y cómo se desenvuelve.
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Prueba Macbor Montana XR1 2023: Características y Equipamiento
El motor de la Macbor Montana XR1 125 es un monocilíndrico de 4 tiempos con refrigeración líquida, doble árbol de levas en cabeza y eje de equilibrado para reducir vibraciones. La potencia que ofrece es de 13 CV a 9.500 rpm y su par máximo es de 9,6 Nm a 5.500 vueltas.
La parte ciclo de la Macbor Montana XR1 empieza por unas llantas de aluminio 17” en ambos ejes que montan neumáticos tubeless mixtos. El chasis es de acero, Los frenos están a cargo de un disco lobulado delantero de 265 mm con pinza de 3 pistones y disco de 240 mm detrás y pinza de un pistón.
La frenada es de tipo CBS, que acciona parcialmente el freno delantero cuando pisamos el freno trasero al igual que acciona en parte también, el freno trasero cuando activamos la maneta del freno delantero.
Las suspensiones incorporan una horquilla invertida hidráulica de 37 mm de diámetro y 120 mm de recorrido. El monoamortiguador trasero es ajustable en precarga y tiene un sistema de bieletas con un recorrido de 48 mm.
El conjunto final declara un peso final en seco de 160 kg y unas cotas máximas de 2.090 mm, 865 mm y 1.280 mm en cuanto a longitud, anchura y altura. La distancia entre ejes resulta de 1.370 mm y el asiento está a 780 mm del suelo.
Siendo una moto más bien pequeña y accesible para usuarios de todas las tallas. El depósito tiene 14 litros de capacidad y el consumo declarado se queda en 2,5 L/100 Km.
El equipamiento de la Macbor XR1 se completa con iluminación Full LED, instrumentación LED de 5” y toma de USB en la tapa lateral. Además viene con tres maletas (de plástico), defensas de motor, cubrecarter y caballete central.
Prueba Macbor Montana XR1 2023: En Marcha
Empezando por el diseño de esta renovada Montana XR1 hay que destacar que al igual que su hermana la Rockster 125 ha sido íntegramente diseñada desde Barcelona. Macbor está evolucionando mucho y cada vez controla más y más fases del desarrollo de sus motos. El diseño es una gran apuesta de esta XR1 y aunque mantiene el estilo de su predecesora, también busca una diferenciación en el mercado. La marca ha partido de cero para diseñar una bonita trail con infinidad de detalles de calidad, en lugar de recurrir a retocar una plataforma ya existente.
La iluminación delantera en forma de X con el logotipo encastrado en rojo, resulta muy personal y exclusiva. Aparte de darle una mirada de importancia, casi ostentosa en una 125. Pero es que la filosofía de Macbor respecto al diseño es muy clara: que sea una moto pequeña no significa que tenga que ser fea o que el usuario deba perdonar la falta de calidad.
Por eso también observamos cierto orgullo en detalles como las tapas laterales, que tienen grabado el logo de la marca en un patrón repetitivo que además sirve para aumentar el grip con las rodillas cuando vamos de pie.
Los cuerpos del frontal son modernos, inspirados en las aletas de un tiburón y la silueta final prescinde del sempiterno “pico de pato” característico del segmento, dándole a esta pequeña aventurera un aire propio y muy reconocible. Resulta una moto esbelta y afilada y en general los acabados son de calidad, sin malas terminaciones o espacios entre los plásticos.
Así mismo se nota que Macbor ha diseñado la moto con la ergonomía en mente, ya que las dimensiones y posición de los mandos son muy aptos para el trail clásico. La postura de conducción es natural y relajada. Yo mido 186 cms y he podido estar a gusto en la moto tanto de pie como sentado.
Aunque idealmente alguien de mi talla siempre estará más cómodo en una moto más grande, sí que pienso que las formas de la XR1 pueden acomodar gente bastante alta sin problemas.
Cuando echamos la pierna por encima del asiento quedamos encarados a una instrumentación LED de 5” que personalmente prefiero a un TFT multicolor de mala calidad. Es retroiluminado y se ve perfectamente independientemente de si le da el sol o no y esto me parece un acierto.
Un detalle que da muy buena impresión es la pieza que recoge y cubre el paso de los cables entre la tija y la instrumentación, que aporta una sensación de calidad superior a la que se espera de una 125. Por todo esto, es fácil que ya antes de girar la llave de contacto, la XR1 cause buena impresión a los que la prueben.
Una vez en marcha, podemos comprobar que perfectamente puede cumplir con las expectativas de un público muy diverso. El corazón de esta Macbor Montana XR1 es un motor moderno y renovado que da 12,6 CV y que con esa potencia, evidentemente no tiene unas prestaciones brutales, pero sí lleva a cabo su cometido sin mayores problemas.
Resulta suave y progresivo y no presenta vibraciones molestas. En general es un pequeño picapedrero que trabaja incesantemente para mover con soltura incluso mis 100 kg de peso por las carreteras del Pirineo.
El cambio de marchas me ha gustado mucho, es suave hasta el punto de que parece telepático. Basta con pensar en cambiar de marcha para que entre con muchísima suavidad. Siempre lo digo, muchas motos fabricadas en China, especialmente las de pequeñas cilindradas vienen con un cambio muy fino. Esto es en parte por el sesgo urbano que traen. Sí, estamos ante una moto trail, pero no olvidemos que muchas de estas unidades terminarán circulando principalmente por ciudad, puesto que son estupendas soluciones para la movilidad urbana también.
Este sesgo urbano, lo podemos percibir en la llanta delantera de 17” (a diferencia de alguna de sus competidoras como la Rieju Aventura que monta una de 18”) que le da mucha agilidad en el zigzagueo constante de las poblaciones. El peaje que se paga en el uso en campo no resulta determinante y una vez más, recordemos que el uso principal que le dará mucha gente será principalmente asfáltico.
Siguiendo con la parte ciclo, comentar que la suspensión trabaja muy bien. En la prueba con mis 100 kilos, no he sentido bamboleos ni cabeceos de ningún tipo y en general, a pesar de llevar la moto al límite en ocasiones, siempre he percibido buena conexión con la carretera.
En zonas más bacheadas, la regulación me ha parecido correcta y la suspensión ha ido reaccionando sin problemas ni pérdidas de adherencia. Esto unido a un motor no excesivamente potente, pero suave y predecible y a un cambio que es como mantequilla, hace que la sensación general de conducción sea refinada y muy controlada.
La frenada es adecuada y el tacto del freno es bueno. El sistema de frenada combinada (CBS) funciona muy bien en carretera y creo que es un buen añadido para conductores noveles. Es cierto que en la vieja guardia todavía hay quien lo denosta, pero creo sinceramente que la gente que se introduzca a las motos puede beneficiarse del CBS. Ayuda a aplanar la moto antes de entrar en curva y aporta un extra de estabilidad.
Eso sí, en campo la cosa cambia. El hecho de que el pedal de freno trasero actúe sobre la pinza delantera puede hacer que tengamos problemas en situaciones de poca adherencia si buscamos bloquear la rueda trasera, porque podemos ejercer demasiada fuerza en el eje delantero.
Macbor ha pensado en este extremo y ha afinado la regulación de su sistema de frenada combinada para que sea lo más mínimamente intrusivo posible. En la prueba dinámica la impresión que me he llevado es que hay que hacer mucho el burro para tener problemas, pero no está de más tenerlo en cuenta.
Y ya que hablamos de sacar la moto al campo, decir que sí, efectivamente esta pequeña aventurera que es la XR1 es perfectamente capaz de dar algunas alegrías por caminos sin asfaltar y pistas no demasiado complicadas. El reparto de pesos y la ligereza general de la moto, la hacen muy llevadera fuera del asfalto.
En mi caso he elegido ir sentado la mayor parte del tiempo, pero cuando he querido ir de pie me he sentido seguro y conectado con el terreno sin ningún problema. El motor brilla en este otro terreno incluso más si cabe que en el asfalto por esa suavidad que comentaba antes y un par bastante decente que hace que las recuperaciones sean muy solventes. A bajas revoluciones sigue empujando y eso facilita el paso por terrenos pedregosos, zonas técnicas o ese repecho que te pilla de sorpresa en una marcha larga.
En general podemos decir que a pesar de no ser un monstruo del off road, esta Macbor Montana XR1 lleva con mucha dignidad la etiqueta de aventurera.
Esta vocación trail queda también constatada por el equipamiento específico que viene de serie, que incluye: defensas laterales, cubre cárter y tres maletas (en la trasera cabe un casco integral).
Por todo esto, por su comportamiento dentro y fuera del asfalto y su polivalencia, creo que debemos reconocer a esta pequeña gran aventurera como una magnífica opción (tal vez la mejor) dentro de su segmento y cilindrada.