El Honda Scoopy es algo más que un scooter de rueda alta, por derecho propio ya es un fenómeno de masas. Desde 1984 han llovido siete generaciones traducidas en más de un millón de unidades matriculadas en toda Europa, una cifra al alcance de pocos, despuntando en una época dominada por Vespa y su histórica Primavera. El modelo de 125 cc se mantiene en el top3 de ventas desde hace varios años, mientras que el 300 se erige como la opción ideal para aquellos que quieren compaginar un uso urbano con salidas por carretera sin miedo a quedarte corto por eso de ir en “una automática”. Tampoco debemos olvidar que ya llevamos dos años de crecimiento en las ventas, un síntoma inequívoco de que nuestra economía se va recuperando poco a poco.
En la última edición del Salón EICMA de Milán pudimos ver un espacio en el stand del gigante del ala dorada dedicado a tan insigne trayectoria, con una muestra de todos los modelos y cilindradas fabricados hasta el momento. Nuestra protagonista debutó en 2007 para sufrir un primer restyling en 2011 pero no ha sido hasta este año cuando ha llegado la segunda generación, ya con muchos cambios relevantes. Los rivales (Piaggio Beverly 300 S ie y Yamaha X-City 250) aprietan y Honda ha reaccionado, modernizando un scooter que pelea por ganar adictos en un mercado con una quinta parte dominada por los scooter de cilindrada media y los “megas”.
Puntos fuertes
Más allá de las llantas de 16 pulgadas y de la estrechez de la moto, el Honda Scoopy SH300i hace gala de muchos detalles que nos facilitarán el día a día como el suelo plano, el hueco bajo asiento para un casco integral, iluminación frontal-trasera full-LED (los intermitentes son convencionales), parrilla trasera, ABS y baúl de serie, llave de proximidad (Smart Key), gancho portabultos en el contraescudo, guantera pequeña (sin llave), estriberas de pasajero retráctiles y toma de corriente de 12V. Otro elemento curioso es el hueco practicado junto a la toma de llenado de la gasolina, pensado para dejar el tapón mientras estamos repostando.
El Scoopy 300 abandona la cerradura convencional y, ahora, mediante un pequeño mando electrónico permite desbloquear el contacto cuando nos encontramos a 2 metros de distancia. El mando posee dos botones, uno para localizar la moto en un parking (se iluminan los intermitentes) y otro para bloquearla a distancia. Junto a la nueva cerradura se encuentra el botón SEAT para abrir el asiento.
El chasis es de nueva factura, necesario para dar cabida a un casco integral y con la parte delantera del mismo reforzada. El motor sigue siendo la misma unidad monocilíndrica de 279 cc refrigerada por agua de antes, convenientemente revisado para reducir el consumo (el depósito de gasolina es de 9 l.) y ganar aceleración en bajos y medios, restando “patada” en alta. La admisión, el escape o la centralita se han optimizado en esta versión 2015. Además, su escape está preparado para superar la normativa anti-contaminación Euro 4, obligatoria en todas las motos el año que viene.
La primera sensación que tienes al probar este Scoopy es la del total poderío de su motor, enérgico, contundente y muy aprovechable, nada que envidiar al de una moto de marchas equivalente. Hasta que no te das cuenta de lo que pueden dar de sí sus 25 CV, no te haces a la idea de lo que corre. Si antes ya iba bien, ahora el listón está más alto.
Si hablamos de estabilidad, la del Scoopy SH300i es intachable, en parte porque ahora tiene 1.438 mm de distancia entre ejes, 2 cm más que la primera generación, algo que se deja notar en tramos de carretera con curvas de mucho apoyo. Sus 169 kg en orden de marcha están muy bien distribuidos y, gracias a la estrechez del conjunto y al asiento elevado (los conductores de menos de 1.75 cm no apoyarán las plantas de los pies en el suelo), afrontas la entrada en curva con una decisión y confianza totales.
La frenada delantera recae en un único disco de 256 mm con pinza Nissin apoyado en otro trasero del mismo diámetro, pero desestimando el sistema combinado de antaño. De serie equipa ABS de dos canales y calza unos neumáticos Metzeler Feelfree con muy buen agarre.
Valoración final
Concebido para usuarios de carnet A2, el uso del Honda Scoopy SH300i va más allá de territorio urbano, pudiendo realizar rutas por carreteras secundarias con comodidad, margen y “maneras” de megascooter. El consumo medio siempre está por debajo de 4 litros y, la suavidad de funcionamiento junto a la estrechez del scooter, hará de él tu mejor aliado para el día a día moviéndote entre el tráfico de la ciudad.
Su precio es elevado, pero su comportamiento es de lo mejorcito y destila calidad por los cuatro costados, con detalles como el logotipo “SH300” insertado en la carrocería o en el interior del faro delantero. Está disponible en seis colores (rojo, gris mate, plata, negro, azul y blanco) y cuenta con los consabidos accesorios originales tales como el parabrisas o los cubremanetas en caso de querer completarla.
Lo mejor:
- Facilidad de conducción
- Motor
- Estabilidad
- Acabados
Mejoraríamos:
- Asiento alto (805 mm)
- Precio (5.689 €)
