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El «Downsizing eléctrico»

Fotos: Marcas
Sí, el mercado de la moto ha cambiado. Yo crecí con las dos tiempos, las primeras supersport, las superbikes de 750 cc y los carburadores. Ahora, todo es diferente: lo que más se vende son scooter y las marcas apuestan por las cilindradas medias y las motos eléctricas. Otro rollo.

En el pasado Salón de la moto de Milán lo vi claro: las nuevas tendencias en lo que a dos ruedas se refiere ya son una realidad muy plausible. Me refiero a las motos eléctricas, esas que no suenan ni tienen marchas, los scooter y los modelos de cilindrada media… todo bajo el paraguas A2sista, claro. Hablo de Kymco, Hyosung, CRP, Brammo, Zero… la Kawasaki Ninja 300, la KTM 390 Duke, la Suzuki Inazuma o las Honda 500 2013, por poner algunos ejemplos. El Downsizing, esa vía abierta por marcas de coches como Volkswagen y su TSI 1.4 de hace unos años, que consistía en producir motores de pequeña cilindrada algo “cabreados”, está llegando a su manera al mundo de la moto.

El concepto de las antiguas Suzuki Bandit 400, GS500E, GPZ 500 S o CB 450 resurge de nuevo, tomando nuevas formas y colores, haciéndose más atractivas y por un precio similar al de su época. Respecto a las eléctricas… un nuevo segmento y más de una veintena de fabricantes implicados. Todavía no hay infraestructuras suficientes, ni autonomía ni prestaciones, pero la investigación en este sector avanza a pasos agigantados. Ya veremos hasta dónde podemos llegar si se apuesta a muerte por ellas.

Me ha costado mucho, pero ya estoy convencido. La época en la que soñaba con la Gilera Crono y la Saturno 500 ya pasó. El futuro es diferente, no peor que antes, sino simplemente más lógico. Los tiempos cambian y hay que saber pillar el tren a tiempo, ya sabes: renovarte o morir. Tener una “moto para todo” es posible… siempre que te quede espacio en el garaje para “algún capricho”…

KTM 390 DUKE 2013

Lo que sí tengo claro es que no me haré un póster con una de ellas, ni habrá alguna réplica que luzca a escala 1/12 junto a las otras maravillas de mi vitrina. El “romanticismo” casi se ha perdido y ya sólo vale aludir a los aspectos más fríos, prácticos, funcionales y económicos para vender. ¿Crisis económica? ¿Malas ventas? ¿Cambio de valores? ¿Nuevo público? ¿Contaminación? ¿Acceso al carné de moto? Ahora, si quieres “molar” debes pasar por el aro de las “tallas pequeñas y eléctricas”, sí o sí.

Hace tiempo que no sueño ni me toco con motos como la Britten V-1000, la Honda NR750, la Ducati 916, la Cagiva C594 o la Kawasaki “Telefónica” 750. Ya no hay sitio para una Suzuki Katana, una OW01 o una CR500 en la sociedad actual. Las Bimota actuales son una burda farsa de las Furano y las Tedi 1D, de la CBR600F sólo queda el nombre y el campeonato del mundo de motos eléctricas e-Power ya se celebra desde hace 3 años. Humo azul es sinónimo de rancio y para ser un “modernillo” tienes que ir a currar en una Vespa de plástico o una Bonneville de inyección con gafapasteando unas Ray-Ban “Roy Orbison réplica”… ¿Dónde olvidé mis Balorama? ¿Por qué coño vendí mi Yamaha RD350?

Cada día me parezco más a mi padre. Menos mal que todavía nos queda la Ducati Panigale, la MV Agusta F4 RR y la KTM 1290 Super Duke R proto

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