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Vespa de 1962 y caravana artesanal: El kit perfecto para nuestras escapadas

El invento es obra de Thomas Burick, un amante de las motos y las caravanas
Fotos: RV Travel
¿Cómo puedo viajar en moto y disfrutar del mundo cámper a la vez? Quizás esta es la pregunta que se hizo Thomas Burick antes de diseñar y construir su propia minicaravana para ser remolcada por su Vespa de 1962. Te contamos todos los detalles de este proyecto tan singular y especial a partes iguales.

En ocasiones lo importante no es dónde, sino cómo realizar un camino determinado. Y bajo esta idea, Thomas Burick, un estadounidense apasionado de las motocicletas y las caravanas, dio forma a un proyecto muy especial que hoy te mostramos. Este lo hemos conocido gracias al medio especializado en el mundo de las autocaravanas RV Travel, y en él nos dan habida cuenta de cómo Burick ideó y posteriormente construyó una pequeña minicaravana que poder enganchar a modo de remolque a su icónica Vespa de 1962.

Este estadounidense lleva toda una vida disfrutando de sus dos pasiones: el mundo de las dos ruedas y el camper. De hecho no es la primera vez que afrontaba un proyecto de este tipo, ya que anteriormente construyó un pequeño remolque de carga que poder enganchar a una Honda Ruckus. Tras finalizar aquel proyecto, recorrió una distancia de 7.000 millas en un viaje que le llevo desde Pittsburgh hasta México para posteriormente terminar en San José, California. Así que contando con bastante experiencia en el tema decidió darle una vuelta de tuerca al concepto.

Para ello tomo como referencia un modelo de caravana de 1947, característica por su diseño en forma de lágrima. La idea era recrear un modelo a escala ¾ logrando mantener el peso en unas cifras contenidas, ya que posteriormente tendría que ser arrastrada por su Vespa de 1962. Quizás por eso decidió emplear materiales tan ligeros como paneles de espuma de 3 cm de espesor, para dar forma a la carrocería, o el aluminio en la fabricación del remolque. Este queda apoyado sobre sendas ruedas en 13” y se diseñó un anclaje específico para poder engancharlo de manera segura a la Vespa.

Respecto a la caravana, tras montar todo el panelaje que da la forma a la carrocería, uniendo estos con soldadura de pegamento caliente, se cubrió con una capa de pintura exterior impermeable, para aislarlo de manera conveniente ante la lluvia. Además, se diseñó de forma que contara con una cocina desplegable en la parte posterior, así como una zona interior para poder dormir y espacio de almacenaje suficiente como para poder viajar de manera cómoda y sin echar en falta nada.

Con un peso final de apenas 77 kilogramos, esta minicaravana es ideal para poder viajar a velocidades de 60 km/h, según asegura el creador del proyecto. Con ella se consigue darle una nueva dimensión a la unión de una moto y una caravana de estas características, pero sobre todo plasma a la perfección las inquietudes de alguien apasionado por dos mundos tan distintos, pero a la vez con tantas cosas en común como son las dos ruedas y el camper.

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