Hay que viajar en el pasado 31 años para encontrarnos por primera vez con la Ducati 888. En aquel tiempo Ducati buscaba hacer frente a la espectacular Honda RC30, y la Ducati 851, que había sido muy competitiva en los inicios del Mundial de Superbike, no daba para más. Así que en 1992 lanzaron el modelo con el que hoy vamos a deleitarnos.
Poco importa que estéticamente no sea lo que estamos acostumbrados a ver de inicios de los ‘90, y es que aunque poco después Ducati pasó a ser la vanguardia en lo que a diseño se refiere y sigue siéndolo hoy en día, parece una moto anterior. De hecho, exteriormente los cambios con respecto a la 851 eran muy sutiles y la 851 es una moto presentada en 1987.
Pero lo importante de la 888 era lo que se puede ver en el vídeo: las prestaciones. Además de un sonido espectacular que se puede disfrutar al darle al play, y no es un punto menor porque nos lo ofrece una SP4 con el escape de serie. Pero además de deleitarnos con esta pieza audiovisual, hay que hacer repaso a la auténtica joya que es la 888.
De entrada hay que decir que ofrecía una potencia que a día de hoy nos suena a poco pero que, en aquél tiempo no estaba nada mal: 100 CV. Su peso era de 209 kilos en la versión estándar, aunque la unidad que vemos en las imágenes en la SP4, la versión de carreras de la que sólo se fabricaron 500 unidades con cifras mucho mejores.
Y decimos versión de carreras porque es una de las 500 unidades que el Mundial de Superbike obligaba a fabricar para poder homologarlas para competición. Ya en aquellos tiempos y teniendo en cuenta las exigencias reglamentarias, las fábricas hacían tiradas limitadas pensando en correr y con algunos cambios respecto a las motos de estricta serie. Algunos componentes variaban como el empleo de suspensiones Öhlins, los discos de freno flotantes de hierro fundido Brembo y el bastidor auxiliar de aluminio, además de conseguir más potencia.
El caso es que gracias a los amigos de Bike World’s Dream Rides y su canal de Youtube, nos hemos colado en la sede de The Bike Specialists en Sheffield, Reino Unido para poder disfrutar de ella. Un auténtico privilegio que si quieres vivir en tus propias carnes te costará, como poco, unos 25.000 euros. Y es que por lo que hemos estado trasteando por internet, encontrar una joya así y en ese estado no es barato.
