Prueba Svartpilen 801: moderna, diferente y con buenas prestaciones
Husqvarna lanzaba recientemente sus renovadas Vitpilen y Svartpilen en versiones de 400 y 125 cc, con un diseño mejorado y muchas innovaciones tecnológicas. Ahora ve la luz esta Svartpilen 801 que, a diferencia de su predecesora ,(Svartpilen 701, monocilíndrica) utiliza una motorización de dos cilindros en línea que se adapta mucho más a la tendencia actual para las naked de media-alta cilindrada que vemos últimamente llegar al mercado.
La Svartpilen 801 pasa a ser la naked más grande de la marca sueca y combina (de manera muy efectiva y equilibrada) un diseño puntero, agilidad en carretera y unas prestaciones que le otorgan un factor de diversión altísimo. Incluye también electrónica de última generación y una serie de ayudas a la conducción que hacen todavía más aprovechable y divertida la experiencia de conducción.
Para coronar el pastel, Husqvarna no ha escatimado en los componentes y materiales en la confección de su moto de carretera estrella y el resultado es una experiencia de usuario premium que no decepciona, si bien viene con una etiqueta de precio de pareja “sofisticación” que puede aumentar con algunos extras.
Prueba Husqvarna Svartpilen 801: Descripción y equipamiento
Totalmente renovada para este 2024, la Husqvarna Svartpilen 801 hereda poco más que el espíritu de su predecesora monocilíndrica la Svartpilen 701 y se presenta prácticamente como una moto nueva desde cero. Sin embargo mantiene un diseño que sin repetirse, de alguna forma habla el mismo lenguaje que convirtió a las Svartpilen (y Vitpilen 701) en motos de imagen rompedora en su momento.
En esta ocasión Husqvarna quiere impregnar con cierto ADN scrambler (más bien flat track) a su 801, aunque no sé si lo consigue, ya que sus ruedas de 17 pulgadas en ambos ejes y el recorrido de las suspensiones harán de ella una moto 100% de carretera… ¡y qué moto de carretera!
Con 181 kg de peso la Svartpilen está articulada alrededor de un moderno chasis tubular de acero que presenta un gran equilibrio entre rigidez y flexibilidad y que se ancla al motor de forma que este resulta parte activa del mismo. De este modo se obtiene un centro de gravedad bajo, mayor altura libre al suelo y un asiento accesible en altura que queda a 820 mm del suelo. El subchasis es de aluminio fundido e integra unas atractivas tomas de aire, ya que también esconde en su interior la caja de admisión.
El motor es el conocido LC8c de 799 cc, con doble árbol de levas y dos cilindros en línea de refrigeración líquida. Lo montan también las KTM Duke 790 y 790 Adventure y en el caso de la Svartpilen 801 la potencia máxima es de 105 CV a 9.250 rpm y el par máximo se planta en 87 Nm a 8.000 vueltas. Se espera que pronto salga una versión de 95 CV que sería entonces limitable para el carné A2. Este propulsor resulta muy suave y animado al mismo tiempo que mantiene consumos bastante bajos. El depósito tiene 14 litros de capacidad, el doble que tenía la 701.
Equipa embrague antirrebote y cambio rápido de subida y de bajada, suspensiones WP Apex con barras de 43 mm de grosor y 140 mm de recorrido en la horquilla y un monoamortiguador trasero con 150 mm de recorrido. La horquilla es regulable en compresión y extensión a través de palometas en las botellas, que en lugar de tener 25 clicks muy sutiles, implementan solo 5 clicks, pero de grano más grueso. De este modo es más rápido cambiar el setting de suspensiones y se nota más cuando lo hacemos. El amortiguador es regulable también en rebote y precarga, siendo necesario usar herramientas para esta última.
Las ruedas son de 17 pulgadas en ambos ejes y tienen llantas de aleación de 5 palos, con neumáticos Pirelli MT60 RS que a pesar de ser eminentemente asfálticos, añaden al look flat track de la Svartpilen 801 al presentar un dibujo con “un poquito de taco”. La iluminación es full LED, con un aire minimalista pero muy reconocible, especialmente por ese faro redondo que Husqvarna incluye también en la Norden 901 y que adquiere un gran protagonismo en la Svartpilen, al presidir un cuerpo compacto y de líneas inteligentes con acabados de calidad en tonos negros, grises y otros mates oscuros. El asiento dividido por el puente del subchasis está terminado en un materiales sintéticos que asimilan a la piel vuelta.
La electrónica muy presente en la Husqvarna Svartpilen 801 incluye: Control de Tracción, ABS (ambos sensibles a la inclinación) y tres modos de conducción por defecto (Street, Rain y Sport). El paquete Dynamic (opcional) incluye anti-caballitos, control de crucero y Regulación del Freno Motor (MSR), que ayuda a prevenir bloqueos en deceleraciones fuertes en situación de baja adherencia. También incluye un cuarto modo de conducción Dynamic que permite personalizar todos los parámetros de la conducción por separado: entrega de potencia, nivel de intervención de ayudas electrónicas… etc.
Los frenos están a cargo del fabricante J.Juan e incluyen pinzas delanteras de 4 pistones de montaje radial que actúan sobre dos discos de 300 mm de diámetro y un disco de 240 mm mordido por pinza flotante de dos pistones detrás. El sistema de ABS es de Bosch y cuenta con un modo Supermoto que lo desactiva solo en la rueda trasera.
El puesto de conducción está coronado por una pantalla TFT de 5” con conectividad de serie. A través de una app, podemos disfrutar de navegación giro a giro y controlar la música y las llamadas del teléfono.
Prueba Husqvarna Svartpilen 801: Ergonomía y uso diario
La Husqvarna Svartpilen 801 resulta sorprendentemente espaciosa y para mi entender, corrobora una tendencia en las motos naked que vengo observando últimamente y es que empiezan a acomodar pilotos más altos. En mi caso, que mido 186 cms, solía encontrar incómoda la posición en las motos de este segmento. Pero encuentro cada vez más, posturas más erguidas, manillares más altos y más espacio para las piernas, que es exactamente lo que noto en esta Svartpilen 801.
Los mandos para los pies quedan justo debajo de la cadera, en línea vertical y mis rodillas no están demasiado flexionadas. Tengo una postura cómoda para las piernas y hay suficiente espacio libre bajo los principales volúmenes del depósito para no tocarlo con las rodillas en ningún momento. El manillar resulta ancho y alto y me permite circular erguido al cruzar algún pueblo o cuando no quiero una posición tan de ataque, tal vez en alguna plácida recta en algún tramo de transición. En este caso no hay una necesidad de ir cargados sobre el tren delantero ni cansándose los brazos y seguramente también las lumbares y la posición que nos permite la 801 es muy relajada.
Creo que la ergonomía está muy bien pensada y la 801 cumple con esa tendencia de manillar alto y piernas relajadas. El asiento queda a 820 mm del suelo, lo cual me parece muy equilibrado para esta moto y el público al que va dirigida, resultando accesible pero al mismo tiempo sin desmerecer la línea principal del diseño. La banqueta del asiento en sí, no es demasiado cómoda, aunque sí resulta muy bonita y se integra muy bien en la línea de la moto. Podríamos decir que el asiento cumple más con la forma que con la función, porque el diseño minimalista perjudica levemente la comodidad.
Por supuesto no hablo de protección aerodinámica, porque ni está ni se la espera. Aunque en líneas generales quiero concluir que es una moto cómoda, principalmente por la postura, y que solo es al final de días muy largos que aparece un poco la fatiga en el trasero. Además es una de las pocas naked en las que me veo bien estéticamente, no encaramado como un gorila sobre un triciclo en una pista de circo.
Prueba Husqvarna Svartpilen 801: Sensaciones en carretera
Antes de adentrarme en el comportamiento en carretera de la Svartpilen 801 me gustaría hacer una aclaración respecto de sus supuestas capacidades off-road, ya que Husqvarna todavía quiere hacernos creer que la Svartpilen es una scrambler. No hay por qué poner el grito en el cielo, porque el marketing es así, pero comentar que la moto no tiene absolutamente ninguna capacidad off-road observable. Tiene ruedas de 17 pulgadas, el recorrido de las suspensiones es insuficiente y las llantas son de aleación. Aunque estoy seguro de que esta aclaración resulta superflua, de igual forma aquí queda para que no se diga.
Lo que también hay que decir es que la Husqvarna Svartpilen 801 va como un demonio en carretera. Es una moto que resulta muy ligera (con 181 kg en seco) y ruedas de 17” en ambos ejes. Es muy fácil hacerla cambiar de dirección, entra en curva con soltura y mantiene la trazada con aplomo. Los giros encadenados ocurren casi sin darnos cuenta, con una ligereza fantástica, en parte gracias al buen hacer del chasis y en parte gracias también al manillar ancho que permite emitir órdenes al tren delantero con precisión.
Algo que caracteriza a esta Husqvarna Svartpilen 801 es que resulta muy aprovechable. Aunque ofrece unas prestaciones electrizantes: con mucha potencia, suspensiones reactivas y gran capacidad de frenado; el conjunto está paquetizado de tal forma que resulta muy fácil de usar. Es muy fácil hacerse con ella, entenderla, divertirse e ir rápido con mucha seguridad, con la tranquilidad además de saber que la electrónica nos cubre si cometemos algún error o encontramos (Dios no lo quiera) algún imprevisto en la carretera.
Las suspensiones WP Apex trabajan a un gran nivel y son totalmente regulables. En esta versión, los ingenieros de Husqvarna han decidido engrosar el grano de intervención que los actuadores ejercen sobre las botellas. Lo que quiero decir es que en lugar de tener 25 clicks que regulan a pequeños pasos la compresión y el rebote, en Husqvarna han pasado a tener solo 5 con pasos más grandes, aunque el rango de actuación sigue siendo el mismo. De esta forma la regulación de las suspensiones se puede hacer muy rápido y también de forma cómoda porque se hace a través de unas palometas en las botellas, que se manipulan sin herramientas.
Iniciamos la jornada con compresión y rebote en el setting número 3 y a mí me resultaron un tanto blandas en los primeros compases. Especialmente porque el ritmo de la prueba era muy alto y en algunas ondulaciones de las endiabladas carreteras secundarias que recorrimos, tenía que hilar fino para mantener la línea (y me refiero a ondulaciones, no baches pequeños ni asfalto roto). Un click más durante la mañana (tanto en compresión como en extensión) y otro más después de la comida y encontré unas suspensiones que desde luego varían mucho y que se adaptaron sin problema a mi peso (remember 100kg) y el ritmo de la prueba, que filtran muy bien y que actúan de forma encomiable en situaciones diversas.
La frenada actúa muy bien y a mí me ha gustado mucho. Pero entiendo que haya quien pueda encontrar el tacto un poco blando (esponjoso) y es que a pesar de tener un magnífico conjunto de frenos J.Juan con pinzas radiales de 4 pistones, es cierto que en el caso de la Svartpilen, Husqvarna ha montado pastillas un tanto blandas. Lo han hecho de forma consciente porque querían ofrecer un tacto dosificable. Si alguien busca esa mordida más deportiva, pronta y fuerte, puede simplemente cambiar las pastillas. Pero en definitiva, la frenada es fuerte, efectiva y dosificable sin la sequedad de unos frenos más deportivos.
En general la Svartpilen 801 presenta un comportamiento dinámico más que sobresaliente, excelente diría yo. Resulta extremadamente divertida en curvas, especialmente en carreteras ratoneras, donde el conjunto funciona a la perfección. El chasis involucra al motor como elemento activo, lo que aporta rigidez y hace que la suspensión trabaje de forma muy directa. El resultado es una moto muy reactiva que va como un tiralíneas en curvas rápidas y se pliega como un junco al viento en giros enlazados.
Estoy convencido de que el comportamiento dinámico de esta Husqvarna Svartpilen 801 no puede decepcionar a nadie y si te gusta la moto en estático, el diseño, el estilo y te encaja el precio, estoy seguro de que en marcha te va a enamorar.