Suzuki arranca 2023 dando a conocer sus planes de desarrollo a medio y largo plazo, y entre ellos está llevar la electrificación hasta su actual gama de vehículos. Dicho de otra forma, la marca nipona planea contar con ocho modelos EV de aquí a 2030, suponiendo el 25% total de su gama, y al menos uno para el próximo 2024. Todo ello irá además acompañado de un plan de industrialización global, donde la firma japonesa pretende reducir al máximo su huella de carbono en los próximos años.
Ya el pasado año, cuando anunciaban su retirada oficial del Mundial de MotoGP, aludían como una de las causas de haber tomado esta drástica decisión, el querer centrar todos sus esfuerzos en hacer llegar la electrificación a su gama de vehículos. En aquellos días todos éramos conscientes de que Suzuki debía abordar este segmento si no quería quedarse atrás respecto a la competencia.
Ahora tras presentar un plan estratégico de industrialización, nos ofrecen cuál es su visión en este aspecto, además de compartir más detalles de cómo intentarán llevarlo a cabo. Si bien la idea inicial es lanzar un primer modelo eléctrico de baja cilindrada que seguramente será la Burgman eléctrica, posteriormente irán ampliando horizontes hasta lograr contar con ocho modelos de segmentos variados equipados con sistemas de propulsión alimentados por electricidad.
Sin embargo, en palabras de la propia firma japonesa y refiriéndose a sus modelos de gran cilindrada: “Para motocicletas grandes con fines de ocio, Suzuki está considerando adoptar combustibles neutros en carbono”. Esto quiere decir que además de apostar por la electrificación, también buscaran soluciones alternativas empleando combustibles neutros en carbono. Llegados a este punto se nos viene a la cabeza el uso de pilas de hidrógeno, por ejemplo, sistema, por otro lado, en el que ya trabajan otras marcas como Kawasaki o Yamaha, y que puede ser el complemento ideal dentro del desarrollo de nuevas tecnologías con las que impulsar el futuro de las dos ruedas.
Por último y no menos importante, está la búsqueda por parte de la marca de alcanzar la máxima eficiencia en sus procesos de producción. En algunas de sus fábricas ya ha llevado algunos cambios con los que el ahorro de energía es considerable. Por ejemplo en su planta en Kosai, la más grande de Suzuki en Japón, donde se han implementado nuevos sistemas que funcionan mediante energías renovables. También en Hamamatsu, donde han ampliado el uso de energía solar, todo ello con el objetivo de que todas las plantas de fabricación de la marca sean neutrales en carbono de aquí a 2035.
Sin duda, la marca ha definido un camino a seguir muy concreto, que ya anuncia que tendrá un coste de nada menos que 4,5 billones de Yenes, unos 32 mil millones de euros, algo al alcance de muy pocas compañías del sector. Veremos cómo avanza este plan estratégico y si finalmente la firma japonesa puede cumplir con esos plazos autoimpuestos por ella misma. Estaremos atentos a nuevas actualizaciones.
