Aunque estamos acostumbrados a restauraciones o restomod basados en la Suzuki Katana, lo que hoy os traemos va más allá porque se ha construido una moto completamente nueva y cien por cien eficaz en pista, sin escatimar ni en componentes ni en presupuesto.
La moto pertenece al equipo Kagayama. Y sí, efectivamente, estamos hablando del equipo que tiene el bravo piloto japonés Yukio Kagayama y con la que partició en el Taste of Tsukuba, el paraíso en cuanto a carreras con motos clásicas en Japón.
En esta preparación se cogió un chasis original de una Suzuki GSX1100S Katana al que se le acopló el motor de una Suzuki GSX-R1000 L5 de más de 185 cv. Para que todo encajase y además, soportase la nueva inyección de potencia, el chasis se tuvo que reformar ampliamente tanto para poder anclar el motor como para que este no se retorciese sobre si mismo cuando se abriese el acelerador al máximo. Es por ello que únicamente conserva la columna superior mientras que el resto se ha adaptado a las necesidades de la preparación.
Casi podríamos decir que se ha construido una Suzuki Katana sobre una GSX-R1000 L5, con un trabajo de hibridación que roza la locura. El basculante es de carbono mientras que el sistema de amortiguación trasera es tipo Pro-Link derivado directamente de una Honda CBR1000RR. Horquilla invertida, pinzas Brembo radiales, sistema de adquisición de datos 2D…
Y por encima de todo ello una carrocería de Katana adaptada en la que se conserva hasta la cúpula original, no demasiado recomendada para intentar esconderse detrás de ella aunque seas un piloto pequeño como Kagayama. Debajo del depósito, ni airbox y tan siquiera depósito de combustible, que ha sido movido a una posición más centrada.
En resumen, toda una obra de arte de la que no os podéis perder los siguientes vídeos: