Cuando Marty McFly viajaba en el tiempo a 2015 los vehículos que veíamos eran capaces de volar… motos, coches… Los años fueron pasando y, por ahora, esto no ha sucedido. Sin embargo desde que en 1989 fue la fecha de estreno y hasta hoy, los vehículos han cambiado tanto que prácticamente les falta levantar el vuelo para estar a la altura de lo esperado. En todo este tiempo los sistemas de seguridad, las prestaciones y la optimización no han parado de avanzar, y los últimos grandes avances ya están sobre la mesa o, mejor dicho, sobre la carretera. Los sistemas de conducción autónoma para moto están evolucionando a un gran ritmo, y las bases ya están sentadas aunque todavía no podamos comprar una.
Lo que sí hay ya en la carretera son vehículos autónomos de cuatro ruedas, y es que la complejidad técnica es mucho menor por cuestiones de física. Esto está suponiendo y va a suponer grandes desafíos en toda la industria automovilística, empezando por las aseguradoras. Aunque está demostrado que los vehículos autónomos que existen actualmente cuentan con niveles de seguridad, al menos, a la altura del humano, los accidentes pueden producirse y es aquí cuando entra en juego la pregunta de ¿Quién es el responsable en caso de tener un accidente con un vehículo autónomo?
De entrada hay que decir que en la Unión Europea y, por tanto, en España no están permitidos los vehículos totalmente autónomos por el momento. Es decir, aunque el coche en este caso tenga la capacidad de ser autónomo requiere de la supervisión constante del humano, y esto minimiza todavía más la posibilidad de fallos, considerando el sistema una ayuda a la conducción. En cualquier caso, los avances en todas las materias al respecto incluida la legislativa harán que no dentro de mucho sea posible el vehículo autónomo y, por tanto, ya hay movimientos al respecto. Por ejemplo, en las comisiones parlamentarias de Inglaterra, Gales y Escocia han llevado a cabo un informe para determinar quién será responsable.
Imagina que vas en tu moto y uno de los sensores del vehículo 100% autónomo no te detecta, topa contigo y acabas en el suelo. Pues bien, la conclusión a la que han llegado es que la persona dentro del coche sería considerada como “usuario al cargo”, y no sería responsable de las infracciones derivadas de la conducción ni tampoco de los posibles accidentes. La única obligación que tendría es la de contar con el seguro en vigor y comprobar que el resto de los usuarios lleven el cinturón de seguridad.
Entonces, ¿Quién se haría cargo? Pues el estudio ha llegado a la conclusión de que sería responsable legales la empresa que esté detrás del sistema de conducción autónomo. Además, los fabricantes tendrán la obligación de tener accesibles los datos para entender la culpa y la responsabilidad tras el accidente. Además, la comisión parlamentaria recomendaba fuertes sanciones y responsabilidades penales para las empresas que no desvelen cómo funcionan sus sistemas.
Otra de las conclusiones a las que han llegado es que hay que dejar muy claro si un vehículo es autónomo o no, sin escalas de niveles. Para ello han pedido que se distinga claramente lo que es un vehículo con conducción autónoma y los que cuentan con sistemas de asistencia a la conducción ADAS. De esta manera se pretende evitar que nadie crea que su vehículo es autónomo sino lo es.
Por último está el tema de las inspecciones técnicas ya que si bien a nivel mecánico son similares a los actuales, lo importante es garantizar que durante toda su vida útil sean siempre seguros. Para ello se propone crear revisiones específicas que revisen los sensores, cámaras y sistemas de manera periódica. En cuanto a esta situación en España, todavía vamos muy por detrás y es que aun las ITV no han comenzado a revisar siquiera los sistemas de asistencia a la conducción ya que el Ministerio de Industria aun no ha establecido un manual de procedimiento de la inspección.
