Nuestro amigo Juan nos contacta, ya que está pensando en dejar atrás sus trayectos al trabajo en coche. Quiere pasarse a los scooters, pero tiene un problema: no tiene carnet de moto. Así que nos pide consejo sobre las dos opciones que más le convienen, pues tiene que hacer un tramo de circunvalación y los ciclomotores no son una de ellas. Encima de la mesa tiene el optar por un scooter de 125 o por uno de tres ruedas y quiere saber nuestra opinión.
Pues bien, nosotros no vamos a opinar sino que vamos a plantear las características que suponen ventajas e inconvenientes sobre ambos vehículos para que, en función de las necesidades y capacidades tanto de Juan como de cualquier otra persona que tenga la misma duda, pueda decidir por sí mismo. Al final, como casi todo en esta vida hay pros y contras que analizar y enfrenta,r y nos pueden llevar a decidir teniendo en cuenta nuestras propias necesidades, que pueden ser muy diferentes de la de los demás. Esto implica que lo que a mí me puede venir bien, a ti que lo lees no y por eso es mejor ser totalmente objetivos.
Empecemos por los scooters de tres ruedas. Su principal punto fuerte es que en el tren delantero cuenta, precisamente, con dos ruedas y esto significa que tendremos más agarre y, por tanto, un extra de seguridad. Pero ¡ojo! que con un tres ruedas también te puedes caer. También hay que tener en cuenta que no tienen limitaciones en lo que a potencia se refiere, por lo que a la hora de hacer tramos de autopista de 120 km/h van a funcionar con solvencia. También tienen una capacidad de carga que suele ser mayor y pueden cargar con dos usuarios “contundentes” sin mayores problemas.
Lógicamente, el tener dos ruedas delante, ser más anchos y contar con un motor más grande implica también más peso y una capacidad de maniobra más limitadas. Es decir, callejear con ellas no será más complicado, pero filtrarse entre el tráfico sí, especialmente si no se tiene experiencia. Con el paso del tiempo y práctica ya es otra cosa, pero de entrada y para empezar se te puede poner cuesta arriba. Además, son notablemente más caros que la mayoría de los scooters de dos ruedas y no hay muchas alternativas en el mercado dónde elegir.
Si hablamos de los 125 tenemos un mercado casi infinito en el que elegir el modelo que más se adapte a nuestras necesidades, tanto de movilidad como económicas. Hay scooters más grandes que protegen algo más si se van a hacer tramos de autovía, scooters más livianos que permiten filtrarse por el tráfico eficazmente… Si seguimos por el plano económico, los 125 son más baratos de mantener y salvo averías (como en cualquier otro vehículo) van a salirnos muy económicos en lo que a desgaste se refiere. De la misma manera, muchos de los 125 del mercado tienen consumos muy bajos de combustible, lo que implica ahorro económico y una menor incidencia ecológica.
De la misma manera que el motor gasta poco, también rinde poco y además están limitados por ley a un máximo de 14,7 CV (en realidad 11 kW y esa es la equivalencia a CV) aunque algunos dicen aquello de 15 por redondear. Esto implica que si optamos por uno de la máxima potencia disponible podremos hacer algunos tramos de autopista, pero que con otros muchos llegar a los 100 km/h ya les costará algo más. Ese es, sin duda, el gran handicap que tienen aunque si lo enfrentamos a un tres ruedas hay que sumar que su estabilidad delante es menor al tener solo un neumático. Aun así a día de hoy todas las 125 nuevas tienen que equipar, o bien frenada combinada o bien ABS, que es el sistema más eficaz para evitar la caída.
Eso sí, si en los tres ruedas hablábamos de que se necesitaba coger experiencia, en los 125 nuestro consejo siempre es que se busque una escuela de conducción donde, en un entorno controlado, se puedan aprender todas las dinámicas de las motos. Por mucho que algunos se lo planteen la única similitud entre una bicicleta y una moto son las ruedas, así que eso de “si monto en bici una moto no será diferente,” es algo que no debe pasarse por tu cabeza. Y por último, pero no por ello menos importante, elige un equipamiento correcto con casco, guantes, botas, pantalón, espaldera y, si puedes, airbag. Quizás te parezca exagerado para un 125, pero puede que un día agradezcas este consejo.
