La Yamaha RD350 es sin duda uno de los modelos más icónicos de la firma japonesa, al menos para muchos de nosotros que pudimos disfrutar de épocas pasadas donde aun la pasión predominaba dentro de los departamentos de diseño de las marcas. Combinar un motor 2T de casi 60 CV de potencia junto a un peso de apenas 145 kilogramos y una buena parte ciclo (para la épopca), fue todo un acierto por parte de Yamaha que vio como aquella moto se convertía en objeto de deseo para muchos jóvenes en la década de los ochenta.
Muchos años después hemos podido comprobar como la RD350, al igual que algunos modelos coetáneos de la época, se ha convertido en una verdadera Old School por la que muchos de nosotros suspiramos. Además, en los últimos tiempos han proliferado las preparaciones sobre el modelo que no hacen sino mejorar los puntos donde quizás la RD350 no brillaba con tanta luz, como podrían ser las suspensiones o la frenada que en este tiempo actual podrían antojarse escasas.
Para ello hay talleres especializados como Bolt Motor Company, ubicado en Valencia y con Adrián Campos a la cabeza, que son los artífices de esta espectacular preparación sobre un ejemplar de RD350 de 1989. Esta unidad perteneciente a un amigo de Campos, se convirtió en la preparación número 23 del taller y en ella su dueño tenía muy claro que quería una moto de calle con detalles de las carreras critérium de los años 90.
Con las ideas claras, el equipo de Bolt Motor se puso manos a la obra y lo primero que hizo fue montar un tren delantero de una Suzuki GSX-R600, además de equiparla con un equipo de frenos delanteros son Galfer sobredimensionados y latiguillos Goodridge. Esto era totalmente necesario teniendo en cuenta que el motor fue reconstruido por completo, aumentando además la cilindrada final. Un sistema completo de escape Arrow o un kit de embrague de carreras completan la preparación en este apartado.
Una moto así de especial necesitaba de una decoración igual de icónica. Que mejor que mantener la librea típica de las RD350 pero aplicarle a esta el esquema de color de Gulf Racing, donde el azul y el naranja toman el protagonismo. Un sinfín de pequeños detalles rematan esta obra de arte andante, como el cuadro de instrumentos digital de Koso GP, puños de carreras o unos semimanillares “cafe racer” diseñados específicamente para esta moto.
En palabras de Adrián Campos para Bike Bound: “Esta Yamaha RD350 del 89 fue un proyecto especial para nosotros, no solo porque su dueño es un amigo cercano, sino también porque este proyecto no se parecía a nada que hubiéramos hecho antes”. Y continua: “Combinamos la icónica librea de Yamaha con los colores clásicos de carreras de Gulf. Para terminar el aspecto, agregamos el número de preparación realizada hasta el momento, la 23”.