Bien por descuido o bien con todo el conocimiento del mundo, estamos observando en los últimos tiempos como llegan al mercado motos que están totalmente nuevas pero que tienen décadas a sus espaldas. Lustros y lustros en algún almacén para convertirse en una suerte de cápsula del tiempo con dos ruedas. Este es el caso de la flamante Yamaha SR500H que se va a poner a la venta mediante subasta, y que lleva desde que se fabricó aguardando su momento. Hay que retroceder hasta 1981 para saber el momento en el que esta moto salió de las factorías de la marca nipona.
De hecho, parte de su peculiaridad es que precisamente 1981 (hace justo 40 años) fue el último en el que esta moto se vendió en Estados Unidos, por lo que estamos ante una de las últimas unidades del país norteamericano. En lo que a la moto se refiere, es una moto de corte clásico que se presentó en 1978 con una mecánica extremadamente sencilla de cuatro tiempos y refrigerada por aire, que era capaz de entregar 31 CV a 6.5000 rpm. También se trataba de una moto económica y, de hecho, esta moto con algunas modificaciones se ha seguido produciendo para mercados menos desarrollados hasta el día de hoy.
Aun así y a pesar de ese diseño clásico, hay que reconocer que la SR500H incluía soluciones de vanguardia para el momento como el freno delantero de disco o la cancelación automática de los intermitentes. Eso sí, los frenos de disco terminaron dando problemas y en la segunda generación se volvió a los frenos de tambor. Tampoco disponía de arranque eléctrico y, si te fijas bien en las fotos, podrás encontrar la pata de arranque. A día de hoy no encontramos motos con arranque a patada, pero a finales de los ’70 y principios de los 80 todavía era muy habitual. Eso sí, tenía una mirilla para ver dónde se encontraba el pistón y así optimizar el esfuerzo.
En cuanto a esta unidad en sí, con su embalaje original incluido, saldrá a subasta en el Mecun Las Vegas 2022 que tendrá lugar entre el 25 y el 29 de enero de 2022. No tendrá precio de reserva y se informa que la moto se encuentra “tal como se encontró” y que los informes desvelan que nunca se ha montado, es decir, que no se trata de una jugada para ganar valor, la moto siempre estuvo así. Era propiedad del ya fallecido Charles D. Hardin, que tenía una tienda de motos en Spokane (Washington), por lo que toda la historia encaja a la perfección. A pesar de no ser una moto exclusiva, las circunstancias la hacen muy especial ¿Qué valor alcanzará en la subasta?
