Como todos sabemos, las motocicletas que suelen emplear tanto la Guardia Civil, la Ertzaintza u otros cuerpos de seguridad en lo relativo a tráfico, son motos de gran tamaño. Motos que permiten llevar lo necesario para la operativa del agente y, también, para que puedan realizar el servicio de la manera más cómoda posible.
Pero esta elección de motos tiene una contrapartida y es que son grandes, voluminosas y pesadas. Eso es precisamente, lo que a través de un artículo del Diario Vasco, reclaman dos agentes femeninas de la Unidad de Tráfico de la Ertzaintza.
Tal como cuenta el artículo de Ainhoa de las Heras, en el que ha podido hablar con ellas, tras superar el curso de Seguridad Vial que se realiza en la academia de Arkaute, fue cuando llegaron los problemas. Este curso se efectúa en una primera fase con motos de campo y luego ya pasan a usar las que emplearán en servicio.
Como recalca el artículo, no tuvo problema en aprobar el curso, pero a la hora de prestar servicio en lugar de hacerlo en furgoneta le tocó subirse en la BMW R 1200 RT del cuerpo, una moto que luego fue sustituida por la BMW R 1250 RT. Con una estatura 1,65 metros y 55 kilos, la situación se complicaba. La agente asegura que en 5 años de servicio con la moto se habrá caído 3 o 4 veces y que físicamente le pasaba factura en la espalda.
Por eso en 2020 se pidieron «modelos para todas las tallas y condiciones físicas de los ertzainas» con un informe que recogía los riesgos de accidente. El modelo que llegó permitía bajar el asiento, pero era más pesado y la solución no fue en el sentido de la necesidad. Para solucionarlo, tal como reconocen: «Como solución, nos pusieron dos ‘BMW’ viejas desechadas de Gipuzkoa»
La Ertzaintza apartó de las motos a las dos agentes
Así que tanto esta agente como otra compañera de la Ertzaintza, cansadas y con miedo de subirse a la moto, les terminaron por bajar de las motos para subirlas en un coche. Esta decisión de los superiores causó además malestar entre los compañeros.
Además, se reconoce el hecho de que estas motos tan pesadas no sólo causan problemas en las agentes sino también en los agentes de talla más pequeña. Un problema que podría acrecentarse en las próximas promociones ya que el requisito de estatura mínima ha desaparecido.
Estas reivindicaciones no son las primeras por una cuestión de estatura dentro de la Ertzaintza. En el pasado, los agentes más altos tuvieron reclamaciones parecidas por no entrar bien en los coches de servicio:
«Quiero hacer lo mismo que ellos para no ser recriminada. Nunca me he negado a hacer el trabajo, pero no me tengo que jugar la vida, no tengo que ser superwoman». «No he visto rechazo a las quejas contra los Seat León, donde los agentes más altos no cabían»