Dicen que la necesidad agudiza el ingenio y eso es lo que suponemos que se encuentra detrás de esta curiosa historia que nos llega gracias a la Guardia Civil del Cabuérniga, en Cantabria. Resulta que hace unos días vivieron una de esas situaciones que de no ser por la fotografía que acompaña al artículo sería complicada de creer.
En la madrugada del pasado domingo, una patrulla del Instituto Armado se cruzó con una moto que no contaba con ningún elemento luminoso. Al cruzarse con ellos (y percatarse), el conductor cambió el sentido de la marcha para adentrarse en una zona de caminos vecinales con poca iluminación. Según los relatos, los agentes intentaron seguirlo y el conductor, al darse cuenta de la situación, dejó abandonada la moto para desaparecer entre la noche.
Casi como si de una película policíaca se tratase, cuando localizaron la moto se percataron de una situación realmente anómala y no es que únicamente no llevase iluminación, es que la moto en sí estaba hecha de retales de otros vehículos. Según ha transcendido y podemos ver, estamos ante una moto de fabricación artesanal en la que se han ido adaptando piezas de diferentes motos para conseguir un aparato funcional aunque carente de todo tipo de legalidad. Ni matrícula, ni permiso de circulación, ni seguro, nada de lo que es obligatorio para que la moto circule por la calle.
Según la información facilitada por Europa Press, después de diferentes pesquisas, los agentes de la Guardia Civil del citado cuartel de Cabuérniga consiguieron dar con el presunto autor, al que ahora está siendo investigado como presunto autor de un delito contra la seguridad vial. Por ahora solamente ha trascendido que, presuntamente, el conductor es un mejor de 16 años de edad. Falta por conocer si también él ha sido quien ha realizado esta curiosa recuperación de materiales, aunque eso no sería delito. Observando la fotografía podemos ver que se trata de un motor moniclíndrico, refrigerado por aire, con cambio manual y una estética que nos recuerda mucho a la de las motos de Speedway por su sencillez y su minúsculo depósito.