En otros países con peor clima que en España, es normal no poder disfrutar de la moto durante el invierno. Por ello, en muchas ocasiones, los bikers buscan la manera de entretenerse mediante un proyecto invernal de garaje.
Una restauración, un arreglo a fondo o incluso comprar una moto accidentada para hacer un proyecto tú mismo en el garaje, son habituales en estos sitios. Ahora bien, si te quieres enfrentar a algo así, debes tener en cuenta varios factores y el primero es que en España una moto, si no está dada de baja provisional, debe tener un seguro aunque no la uses. Es bueno que eches un vistazo a un comparador de seguros de moto, donde podrás ver cuál es el seguro más barato que puedes contratar.
Una vez aclarado los aspectos legales, queremos exponeros una serie de pautas a seguir si hemos decidido hacernos con una moto accidentada. Ya sea para poner a prueba nuestras dotes de mecánico, o porque simplemente queramos ahorrarnos unos euros en nuestra “nueva” moto, las cosas hay que hacerlas con calma y teniendo en cuenta diversos factores.
¿Habéis escuchado alguna vez que lo barato sale caro? Pues eso es lo que puede suceder al comprar una moto accidentada de la que no nos hayamos cerciorado al 100% de su estado. Ya sea a nivel mecánico o estructural, no podemos dejar pasar por alto diferentes cuestiones relacionadas con estos aspectos.
¿Cuál será el uso de la moto accidentada que compremos?
Esta es quizá la primera pregunta que debemos de plantearnos si hemos pensado adquirir una motocicleta accidentada. No es lo mismo que estemos pensando en hacernos con scooter ciudadano para desplazarnos a diario, que una montura de altas prestaciones con la que echarnos a la carretera en largos trayectos.
En este contexto tampoco es igual ponernos a recuperar una moto accidentada que sea simple, en términos técnicos, que cualquier otra cargada de elementos electrónicos o tecnologías de última generación. Por eso tenemos que tener presente esta cuestión inicial, porque indudablemente el nivel de exigencia a la hora de reparar no será el mismo en ambos casos.
¿Cuál son nuestros recursos técnicos y de conocimientos para llevar a cabo esta labor?
La segunda cuestión que deberíamos de hacernos a este respecto, es si contamos con las herramientas y conocimientos técnicos necesarios para poder afrontar la reparación de una moto accidentada. Porque hay que tener una cosa muy presente; lo que a priori puede parecer una sencilla reparación de chapa y pintura, puede convertirse en un proceso laborioso y tedioso a partes iguales.
Es por ello que, llegados a este punto, precisaremos de una serie de conocimientos de mecánica o reparación de carrocería para abordar la operación con unas mínimas garantías de éxito. Además, para poder llevar a cabo estos trabajos también deberemos contar con todas aquellas herramientas y utensilios que se necesitan en cada parte del proceso.
De lo contrario, tendremos que recurrir finalmente a profesionales del sector para que se encarguen de acometer estas reparaciones, con lo que eso conlleva en términos económicos. Lo que a priori puede parecernos una ganga puede llegar a convertirse en un pozo sin fondo si no somos capaces de realizar nosotros mismos estas tareas.
¡Muy importante! ¿Cuál es el alcance de los desperfectos de nuestra moto accidentada?
Es de vital importancia conocer a la perfección, qué piezas o tareas de reparación tendremos que cambiar o acometer en la moto accidentada que tenemos pensado comprar. Es por ello que constatar el estado de la misma antes de realizar la operación, se convierta en algo indispensable para ahorrarnos disgustos posteriores.
En este apartado hay tres puntos clave a tener en cuenta y con los que debemos contar para poder calcular, aproximadamente, cuanto nos costará reparar la moto accidentada que queremos adquirir: Motor, chasis y electrónica. Este último apartado, si hablamos de una moto que porte elementos reseñables relacionados con la misma, algo, por otro lado, muy habitual en las monturas de nueva hornada.
Para ello deberemos realizar una revisión a fondo de los mismos, comprobando si la moto arranca, si hay daños estructurales de relevancia o si los sistemas electrónicos que incluye funcionan de manera correcta. Si es necesario, os aconsejamos recurrir a un profesional para que os dé el visto bueno antes de meteros en un proyecto de este tipo.
Estado legal de nuestra moto accidentada
Por último y aunque no menos importante, está el tema administrativo. Es decir, el estado legal en el que se encuentra la moto accidentada que queremos comprar. Esta puede seguir estando de alta en tráfico o, por el contrario, haber sido dada de baja temporal. Aún peor, que por algún motivo su propietario decidiera darla de baja definitiva.
Si nos encontramos con una moto accidentada que administrativamente se encuentra en el último supuesto, directamente os aconsejamos que paséis página y busquéis otra cosa. Además, siempre es bueno pedir un informe en tráfico donde podremos contrastar si está al día de ITV, o si sobre ella pesa alguna carga o gravamen específico que impida que se pueda transferir.
Si habéis llegado hasta aquí y seguís teniendo claro que queréis haceros con una moto accidentada, por el motivo que sea, para iniciar un proyecto personal, adelante. Eso sí, haced las cosas con calma, reparar o sustituir todos aquellos elementos que estén dañados (¡es de vital importancia para vuestra seguridad!) y, sobre todo, disfrutad de cada paso del proceso. Os aportará una serie de conocimientos y experiencias que merecen la pena ser vividos si os apasiona esto de las dos ruedas.