Landsverk fue una empresa militar sueca de los años 30 que desarrolló prototipos de motocicletas blindadas. Estos vehículos, gracias a Dios, no fueron construidos en masa, ya que en realidad, se trataba de una empresa que hacía de fachada para los intereses alemanes. Eran máquinas de guerra prohibidas por el Tratado de Versalles. Su único destino final era bélico y al servicio de Hitler.
Te presentamos la Landsverk 210, una Harley-Davidson convertida en tanque antes de la Segunda Guerra Mundial y con una ametralladora Madsen 8×58 en un curioso sidecar. Por supuesto, todo blindado. Como era de esperar, y no nos cansamos de repetiros, los nazis tuvieron su mano e intereses metidos en este proyecto.
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CoAB Landsverk fabricó diversos vehículos militares entre las dos guerras mundiales. En aquellos años, con la creciente popularidad de las motocicletas en el campo de batalla, Landsverk decidió crear algo que ofreciera más protección a los soldados que una moto convencional.
La primera incursión de la empresa en este ámbito fue la L-90, una motocicleta con placas de blindaje móviles y una ametralladora KSP de 6,5 mm. Poco se sabe de este modelo, aparte de que se basaba, también, en una Harley-Davidson y que, posiblemente, solo se construyeron dos unidades.
Así es la Landsverk 210 basada en Harley-Davidson
La L-210 se desarrolló sobre una Harley-Davidson de 1.200 cc, ya que el ejército danés usaba este modelo y compartir piezas resultaba muy económico. Se equipó con una ametralladora Madsen de 8 mm y el blindaje estaba soldado en placas de 4,5 mm. Aunque probablemente no resistiría disparos de fusil, los ángulos del blindaje podrían haber ofrecido cierta protección a sus ocupantes desviando las balas.
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Con todo ese blindaje, la motocicleta pesaba casi 725 kg, lo que limitaba su velocidad máxima a 48 km/h, incluso con 30 CV. Esto la hacía inadecuada para el combate, y el ejército danés abandonó el proyecto. Pero como Landsverk era una tapadera para los alemanes, quienes no podían fabricar armas debido al Tratado de Versalles, el único comprador de la L-210 fue un diplomático nazi, el barón Friedrich Karl Johannes von Schlebrügge, quien la envió a Sudamérica.
Y así termina la historia de la Landsverk 210. Es evidente por qué nunca se produjo en masa: una motocicleta con ametralladora y tan poco recorrido de suspensión no tiene mucho sentido. Sin duda, era un blanco fácil. Pero si no lo pones a prueba, nunca lo puedes saber.
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