Para que una rueda nueva funcione correctamente, esta debe estar bien equilibrada y con la presión justa. Dependiendo del modelo y del uso, esta presión varía e interfiere directamente en las prestaciones que se obtiene de ella. En el mundo de la competición, los rangos de presión son mucho menores de los que se emplean en la calle, puesto que buscan, por encima de todo, el mayor agarre disponible en cada momento. Sin embargo, cuando trasladamos a la calle, lo que debemos buscar es la eficiencia y máxima seguridad y por este motivo los fabricantes recomiendan una presión adecuada para cada rueda.
Como hemos comentado en otras ocasiones, la oscilación de las temperaturas hacen que la presión dentro de nuestros neumáticos varía al alza o a la baja y es por este motivo por el que debemos tener controlada de manera periódica el estado. Cuando llegan los meses de frío, la presión tiende a bajar mientras que con el calor, el aire se expande y genera más presión en las ruedas. En cualquier caso es importante no dejar de lado y este aspecto y controlar, al menos, mensualmente el estado. Si una rueda no tiene la presión necesaria se degradará de una manera más rápida y además sus carcasas se deformarán más de lo previsto y la estabilidad de la moto será peor. Por el contrario, si la rueda tiene más presión de la que debiera, la deformación calculada será menor y el agarre disminuirá sensiblemente, pudiendo ponernos en situaciones de peligro. Además el no llevar los neumáticos a la presión, tanto por arriba como por abajo, puede conllevar un deterioro excesivo de los mismos estando en marcha y, como consecuencia, podemos sufrir un temido “reventón”.
Uno de los aspectos que se suelen dejar de lado a la hora de controlar la presión de los neumáticos son los tapones que tapan las válvulas. Mucha gente piensa que no son necesarios y es algo decorativo o que evita que la suciedad se adhiera a la válvula, sin embargo estamos ante una pieza tan sencilla como importante. El material del que estén hechos los tapones no es relevante, aunque la mayoría de los que vienen de serie o nos instalan cuando vamos a cambiar las ruedas son de plástico. Lo que es importante es la función del tapón, ya que el llevarlo puesto ayuda a que la rueda no pierda presión por la válvula, sobre todo en caso de que esta no funcione correctamente y tenga pequeñas fugas. En cualquier caso, lo que evitará es que si falla la válvula en lugar de que el aire se escape de golpe, hará que la presión de la rueda disminuya de una manera paulatina.
