Si el Dakar actual es un desafío físico fuera de lo común, hay que imaginarse lo que debía ser pilotar las bestias de hace unos años por los desiertos y las pistas más inhóspitas del planeta. Las normativas buscando bajar las velocidades puntas y media hicieron que las motos grandes y de las que era difícil manejar sus inercias desaparecieran, y se optase por máquinas de 450. La seguridad mejoró y no hay nada que reprochar, pero los más “dakarianos” sienten nostalgia por aquellos maravillosos artefactos.
Al menos la sentían porque ahora las grandes trail están viviendo una nueva juventud y si, además, alguien se atreve a hacer preparaciones como la que nos ocupa, puede que esa nostalgia pase a ser deseo… Eso es lo que nosotros hemos sentido al ver esta espectacular KTM 1290 Super Adventure R por Roland Sands. Una auténtica dakariana se mire por donde se mire.
Hay que decir que la moto es un tributo a las que han empleado Matthias Walkner, Toby Price y Kevin Benavides en el Rally Dakar de este año, y es algo que a simple vista podemos apreciar. Pero los cambios han llegado mucho más lejos y es que se ha cuidado hasta el último detalle, haciendo cambios en el chasis, el motor, las ruedas y los frenos.
En lo que respecta a la parte mecánica, se instaló un filtro de aire de espuma además de trabajar en el sistema de admisión y de escape, donde sobresale el escape de titanio de SC-Project. En la parte del chasis y estética se centraron también los esfuerzos y es que uno de los desafíos era conseguir aligerar la moto, algo que se consiguió a la par que se instalaban los plásticos que terminaban de conseguir este trampantojo.
La parte ciclo, como salta a la vista, también fue modificada con piezas que quitan el aliento. Las suspensiones y los frenos fueron mejorados. En el caso de las suspensiones recurriendo a WP y en el de los frenos optando por unas pinzas radiales Brembo GP4RX con pastillas Galfer. También se han modificado las llantas, que ahora son unas Excel Takasago que montan neumáticos Dunlop.
Para cuidar esta genial obra de arte, la moto lleva diferentes protectores. Desde los más evidentes y llamativos laterales, hasta el cubrecárter, protector de escape en los puntos críticos y algún otro detalle. En resumen, una moto con la que disfrutar y mucho en las pistas, con una potencia y una maniobrabilidad que ya hubiera querido Monsieur Dakar, Stéphane Peterhansel.