La impresión 3D irrumpió con fuerza hace unos años. Comprar una impresora 3D y comenzar a hacer figuritas y proyectos era algo que prácticamente todo el mundo tenía al alcance de su mano. Pero la realidad es que para el usuario medio, la aplicación de la impresión 3D no tenía un alcance real y pasaba a ser un hobbie.
Pero en el mundo empresarial, la impresión 3D ha ayudado en muchos aspectos, principalmente en el de prototipado, donde se puede conseguir en poco tiempo y con un coste moderado la pieza que está en los planos del ordenador para preparar maquetas, estudiarla…
Aun así, la mayor parte de estas piezas se fabricaban con hilo de naylon en un primer momento. Pero ahora están avanzando cada vez más, y el paso adelante que ha dado Stark Future promete llevar al sector de la automoción en general, y de la moto de cross en particular a otro nivel.
Y es que en esta ocasión la impresión 3D no es en plástico sino en titanio, y no se utiliza para hacer pequeños tiradores de puerta sino para crear chasis. Un ejemplo claro es la Czinger 21C, cuyo chasis está fabricado con impresión 3D metálica.
Gracias a esta manera de conseguir las piezas se consigue no solamente una mayor ligereza, sino que también se aprovecha el diseño, construye piezas fuertes y con diseños que pueden distribuir las cargas de una manera que no se podría hacer, por ejemplo, con mecanización por CNC.
El próximo paso de Stark Future será llevar la impresión 3D a su Stark VARG
La Stark VARG es una moto que está causando muy buenas sensaciones por sus prestaciones, pero es más pesada que las motos de cross convencionales. Si la comparamos con una 450 de cuatro tiempos, estaríamos hablando de unos 10 kilos en contra.
Para conseguir mejorarlo,tal como confirman desde NewAtlas, Stark contará con la empresa alemana Farsoon Technologies que integrará la impresión de titanio a gran escala en la línea de producción con una máquina, que podrá producir piezas de hasta 72 x 42 x 65 cm. Es decir, prácticamente todas las piezas de titanio de la moto podrían imprimirse.
Lo curioso en este caso es que la VARG no emplea titanio por lo que, además, es probable que o bien veamos una revolución en la moto gracias a la impresión 3D o que conozcamos un nuevo modelo de la marca.
Lo que está claro es que es un gran paso adelante que podría terminar de cambiar la industria, al menos en lo que a motos de pequeño consumo se refieren. Producir miles de motos en cadena con este sistema no es viable ni económico, al menos por el momento.