Los próximos años van a ser los que marquen el éxito o el fracaso de la denominada “transición energética”. Poniéndonos en el supuesto de que lo que está detrás de esta transición busca cambiar vehículos con emisiones por vehículos sin emisiones y no desmantelar el sistema actual, hay una clara deficiencia: la falta de infraestructuras de carga.
Teniendo en cuenta que en 2035 se pondrá fin a la venta de vehículos con emisiones en la Unión Europea, se está comenzando a poner en marcha un plan en el cual se apuesta por la instalación de puntos de carga rápida en toda la red transeuropea. Para ello se garantizará que, al menos, cada 60 kilómetros haya una estación de carga con un tope de tiempo fijado en 2025. Insistimos, y esto es importante, hablamos solamente de la red transeuropea, por tanto, no se instalarán en todas las autopistas.
También al otro lado del Océano Atlántico, en Estados Unidos, se están llevando a cabo planes estratégicos de calado. En concreto el gobierno encabezado por Biden pretende invertir 7.500 millones de dólares de aquí hasta 2030. El objetivo es que estén operativas cuatro estaciones de carga de 150 kW cada 80 kilómetros, y que máximo se encuentren a kilómetro y medio de la autopista o autovía.

Pero hay más y es que una red eléctrica puede ser extensa, pero que solamente sea útil para un determinado tipo de modelo, por ello quieren simplificar el acceso a los puntos de recarga controlando los tipos de conectores. Además, obligarán a que las compañías no exijan estar abonado a estas para poder recargar. En otras palabras, que sea igual que las gasolineras actualmente. En última instancia, también llama la atención que en Estados Unidos plantean un plan de servicio de emergencia para aquellos que se queden sin energía en la carretera.
Como podemos ver, y solo es un pequeño esbozo, parece que Estados Unidos tiene más avanzado todo su proceso, aun teniendo en cuenta que sus planes son a más plazo que los europeos. Habrá que esperar a la evolución en la Unión Europea, pero el ambicioso plan que pretenden juega con el tiempo en su contra… dos años y medio y contando.