La Unión Europea y, en especial, las comisiones relativas al transporte, están en los últimos tiempos jugando un papel trascendental de cara al futuro de la movilidad. Pero en esta ocasión hablamos de ellos por una de las propuestas puestas encima de la mesa de la Comisión de Transportes y Turismo en la que se alentaba a poner límites de velocidad especiales para motos.
Esta propuesta contaba con el respaldo de la eurodiputada francesa Karima Delli, y planteaba el hecho de que las velocidades máximas para motos fueran específicos. Es decir, lo que se pretendía con esta propuesta era que las motos tuvieran límites creados a imagen y semejanza de lo que pasa, por ejemplo, con los camiones o autobuses. Así, independientemente de la vía y la velocidad máxima permitida en ella, tienen sus propios límites que no pueden superar.
Aun así, la diferencia es que en esta proposición parecía pasarse por alto el tipo de vía, estableciendo límites para vehículos y no para las vías por las que circulaban.
Los límites de velocidad propuestos equiparaban una 125 con un camión
Pero es que iba un paso más lejos y no solamente pretendía implantar esos límites para motos, sino que cada permiso de conducir tendría uno específico. El orden sería el siguiente: para A1 límite de 90 km/h, para A2 100 km/h y para A 110 km/h. Pero, por ejemplo, no se tocaba una singularidad que tenemos en España y es la convalidación B-A1, algo que no sucede en todos los países de la Unión Europea ¿sería diferente? ¿Sería como A1?
Afortunadamente, esta propuesta ha sido rechazada y, al menos por el momento, en Europa no tendremos límites específicos por ser motos. Unos límites que, como puedes comprobar, estaban muy por debajo de los que encontramos en las autopistas, algo que carece de sentido absoluto y que es, además, ciertamente peligroso.
Lógicamente es necesario velar por la seguridad de los usuarios de moto y de las vías públicas en general, pero ¿qué sentido tiene que un autobús pueda circular por una autopista a 100 km/h y una moto del A2 también? Por no hablar de que la A1 tendría que ver como su velocidad máxima se igualaba a la de camiones o furgonetas.
Como decimos, un sin sentido que da miedo porque deja en el aire qué habría pasado si hubieran conseguido los votos necesarios y, también, porque una vez más los políticos quedan en evidencia tratando temas para los que no están preparados.
Si hacen eso con algo “tan sencillo” como los límites de velocidad, imaginad cómo afrontan temas mucho más serios y espinosos genera pavor.