La famosa red de autovías alemanas, Autobahn, dejarán de ser gratis para todos los conductores extranjeros a partir de 2019. Los ciudadanos alemanes no están exentos de pagar esta nueva tasa, pero se les devolverá rebajándoles el impuesto de circulación.
Los casi 13 mil kilómetros de carreteras alemanas podrían ir perdiendo algunas de las cualidades que las hacen diferentes en comparación con las carreteras vecinas del resto de países europeos. A parte del peaje quieren introducir una nueva medida, reducir la velocidad a 120 km/h en algunos tramos de la A81 y de la A96, con fines experimentales.
A partir del 2019, según lo decidido por el Consejo de Ministros de Berlín, para transitar por la red de autovías los propietarios de un vehículo registrado en Alemania deberá dotarse de una pegatina distintiva de carácter anual, con un precio que oscila entre los 67 y los 130 euros, en función de la cilindrada y de las emisiones de cada vehículo. El precio de la pegatina es la cantidad que, posteriormente, les descontaran de la tasa anual de circulación.
Sin embargo, los conductores extranjeros deberán adquirir estos distintivos en las gasolineras, que también tendrán un precio especifico en función de la validez de la misma, y de las emisiones del vehículo. Con esta medida se estima que se podrían recaudar unos 524 millones de euros netos al año.
Esta “polémica” medida no ha dejado indiferente a los países vecinos, como Francia, Holanda, Polonia o Austria, que hablan de un modelo discriminatorio y por ese motivo quieren reunirse en Bruselas para discutir los próximos pasos a seguir para evitar tener que pagar por circular en las carreteras alemanas.
El Ministro de Transportes alemán, Alexander Dobrindt, ha recalcado que esta medida se ha tomado después de ver que los alemanes tienen que pagar los peajes de todas las carreteras europeas, mientras que los extranjeros viajan gratis por toda la red de autovías alemanas sin participar en los costes que supone el mantenimiento de las infraestructuras de las mismas.
