Si rondas los cuarenta años recordarás perfectamente ese videojuego que trabata sobre los Demolition Derby, y que llamaron Destruction Derby. Se trataba de un juego que consistía en reventar el coche del rival a la vez que conservabas el tuyo en las mejores condiciones posibles. Pero estos juegos estaban inspirados en la vida real y es que, como decíamos en la introducción, tan estadounidense como los perritos calientes o el 4 de julio son las carreras de destrucción, popularmente conocidas como Demolition Derby.
Lo que no sabemos si sabías es que estas carreras, que de carreras tienen poco pues no hay que llegar a la meta, también tienen su versión sobre dos ruedas. Si la idea de hacerlo con coches resulta loca, hacerlo con motos suena a ganas de hacerse daño.
Hemos localizado diferentes vídeos en los que se puede ver perfectamente la dinámica del juego, que sigue siendo exactamente la misma que la de los coches: conseguir que la moto del rival no pueda seguir funcionando.
El Demolition Derby para motos es más estratégico, pero también se calientan…
Y ojo, porque en los coches los impactos van deteriorándolos ya que pueden ser más violentos, pero en una moto a ver quién es el iluminado que impacta con todo contra otro. Así que en lugar de esas escenas brutales que vemos en los Demolition Derby de coches, nos encontramos con un proceso mucho más calmado y estratégico.
De todas maneras, lo más llamativo que vemos en estos vídeos, que son todos de hace bastante tiempo, es que en lo que se refiere a protecciones y equipamiento los pilotos van con lo justo. Un casco para proteger la cabeza y luego el resto ya debe ser opcional. Está claro que este es un juego para aquellos que no temen quedarse “tocados del ala”, quizás porque para participar ya lo tienes que estar.
No deja de ser llamativo, además, que estos Demolition Derby se lleven a cabo con tanto público que lo vive de una manera bastante animada. De hecho, en algunas ocasiones se calientan tanto los pilotos que llegan a las manos. ¿Y qué hace el público? Animarlos…
No es por juzgar a nadie, pero da la impresión que a ninguno de los que te encuentras en la pista o en las gradas los encontrarás en una biblioteca, una obra de teatro o un museo a no ser que regalen cerveza dentro.
Pero, al fin y al cabo, son sus costumbres, no hacen daño a nadie más que a ellos mismos y se lo pasan bien, así que: Damas y caballeros ¡Que siga el Demolition Derby!