Esta es la historia de Ed Fisher, quien nacía en Junio de 1925 en la población de Gap (Pensilvania). Este estado americano siempre ha estado muy ligado a los deportes del motor, y sobre todo al motociclismo, así que no es de extrañar que Ed acabase convenciendo a su madre para que con 16 años le comprase su primera moto.
En 1941 adquirió una Indian Scout Pony y tras ser enviado a Europa como mecánico durante la IIWW, se las ingenió para hacer llegar a la base su motocicleta y poder así aprovechar los ratos que no estaba de servicio. A la vuelta del conflicto, por supuesto, se compró otra Indian.
En competición, Ed ya mostró que era rápido desde su primera carrera. En esta prueba, celebrada en Riceville, no había suficientes pilotos para separar por categorías así que permitieron mediante eliminatorias que los pilotos amateur pudiesen llegar a la final con los profesionales.
Como no podía ser de otra forma “Fast Eddie” llegó a la final, enfrentándose a corredores profesionales. ¿El resultado? El esperado, se estrelló intentando darles caza, pero mostró que había madera.
Poco después, cuando trabajaba como mecánico y aprovechando un curso en la fábrica de Indian Motorcycles, la marca americana le ofreció la oportunidad de competir como piloto de fábrica. Esto le abrió la puerta a la competición aunque Indian ya daba sus últimos coletazos y las motos no eran competitivas.
Tras dejar de competir con Indian y mientras trabajaba en una gasolinera, le surgió la posibilidad de volver a ser piloto de fábrica, pero en este caso con Triumph. Ya no volvió a la gasolinera. Sus logros y forma de vivir le han servido para formar parte del AMA Hall of Fame.
No os queremos destripar más la historia. Admirad a un hombre que respira gasolina, que habla apasionadamente. Y también su colección y, por supuesto su historia
Ya sabéis, las motos hacen que permanezcas joven.