Francisco nos escribe porque tiene una Harley-Davidson Electra Glide y nos pregunta por la mejor técnica de frenado con ella. La respuesta rápida es que hay que usar siempre ambos frenos, delantero y trasero, pero en estas motos (largas, bajas y pesadas) el freno trasero cobra más importancia que en otras, aunque siempre sea el delantero el “vital” para frenar fuerte.
Hay que recordar que el freno que detiene una moto “de verdad”, con más energía, es el delantero. Por qué: cuando cualquier vehículo en marcha frena existe una transferencia de pesos hacia la parte delantera. Al tener más peso apoyado en esa parte delantera, es ahí donde podremos aplicar más potencia de frenos porque esa rueda (o ruedas en un coche) tendrá mejor tracción al tener más carga. Por eso los coches y las motos llevan frenos mucho más potentes delante.
Las motos suelen tener el centro de gravedad alto: cuanto más alto está ese centro de gravedad (donde se aplican todas las fuerzas), más grande es el efecto de transferencia de pesos al frenar (o hacia atrás al acelerar). Es muy evidente en motos altas, como las trail, que en cuanto frenamos un poco se hunde su suspensión delantera mostrando cómo se transfiere el peso hacia esa rueda. También lo vemos en las carreras: cuando frenan, lo hacen muy fuerte y la rueda trasera se descarga tanto que queda en el aire, como en la foto de Márquez. En motos más bajas, como las custom o tu Harley, ese efecto es menor (la rueda trasera no quedará levantada) aunque también existe. Cuanto más baja es una moto, o cuanto más peso tiene en su parte trasera, más importancia puede tener el freno trasero para detenerla.
¿La frenada ideal? Es lo que llamamos una frenada en “dos tiempos”: después de cortar gas (con lo que el motor empieza a retener) podemos acariciar la maneta delantera pero sobre todo hay que tocar el freno trasero (pedal). Esa acción inicia la transferencia de peso hacia la rueda delantera, de forma que instantes después podremos empezar a aplicar fuerza sobre la maneta derecha (rueda delantera). Y podremos hacerlo con ganas (frenar fuerte) si lo necesitamos, porque la rueda tendrá un buen apoyo. ¿Cómo sería una frenada mal realizada? Pues tirando de maneta (freno delantero) de forma abrupta: los discos frenarían la rueda que, al no contar con apoyo extra, podría bloquearse. Otro factor a favor de iniciar la frenada tocando el pedal (freno trasero) es que así la suspensión trasera baja ligeramente y eso ayuda a estabilizar la moto, evitando que la rueda trasera se levante demasiado, algo que ocurre cuanto más corta y alta es la moto.
El sistema antibloqueo ABS (que llevan todas las motos modernas y también las últimas Electra Glide) evita que un bloqueo como ése provoque una caída, pero alarga la frenada. Si evitamos el inicio de bloqueo, frenamos mejor. Es decir, la frenada ideal sigue siendo perfectamente válida con ABS: cortar, frenar ligeramente y ya instantes después hacerlo todo lo fuerte que sea necesario (con la maneta, delante) si la situación lo requiere.
