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Las 5 claves para frenar en moto con lluvia y seguro

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Cuando llueve y vamos en moto tenemos que aumentar nuestra atención y ampliar márgenes de seguridad. Pero además hay que cambiar un poco la forma en que frenamos para que si hay un imprevisto no perdamos el control de nuestra moto o scooter. Aquí tienes trucos para evitar sustos.

La lluvia nunca es bienvenida cuando vamos en moto: nos ensuciamos y la moto con nosotros, nos mojamos, además suele refrescar, se nos empaña la pantalla… Se suma a todo esto que los coches a nuestro alrededor nos ven menos de lo normal (cristales mojados y empañados) y, desde luego, que el asfalto mojado resbala más que seco. Eso el asfalto, porque las señales (pintura blanca), chapas metálicas, etcétera, pueden patinar como el hielo.

Equipados con traje de agua

Las incomodidades de la lluvia hay que combatirlas con equipamiento correcto. No necesariamente tiene que ser la mejor chaqueta de Gore-Tex del mercado: hay chaquetas asequibles con membrana impermeable, y hay trajes de agua eficaces también por poco dinero. Para el casco, el “Pin-Lock” (segunda pantalla interior) es un gran invento y cada vez más cascos lo llevan de serie. Aunque como yo digo siempre, al final la lluvia “sólo es agua”, hay que tener claro que un piloto incómodo es un piloto menos seguro: cada uno debe equiparse conforme a su tolerancia.

Además de equiparte bien ¿qué puedes hacer andando en moto con agua para que, si necesitas frenar, lo hagas con la máxima eficacia y seguridad?

No dejes que los frenos se enfríen y empapen

Fíjate en alguna moto que esté alrededor tuyo circulando con agua: verás que sus frenos se bañan en el agua que las ruedas levantan del suelo. Los discos se enfrían y las pastillas se empapan (peor aún si son de tambor). En esas condiciones, cuando accionas los frenos pasa un lapso de tiempo (a veces se hace “eterno”) hasta que las pastillas muerden bien el acero del disco. Para evitar ese lapso de tiempo, que puede ser la diferencia entre susto gordo y anécdota, haz esto: toca los frenos de vez en cuando, sobre todo en vías rápidas o avenidas (mucho tiempo sin frenar y mojándose). Basta tocar un poco maneta y/o pedal para notar cómo empiezan a morder las pastillas, de vez en cuando. Así, cuando necesites frenar, tendrás tacto inmediato.

Frenos empapados

Otra cosa hablando de mecánica fría: cuidado con las ruedas los primeros metros o kilómetros, sobre todo si tu moto monta neumáticos viejos o muy deportivos. A baja temperatura su goma estará dura y tendrá mucho menos agarre, mala combinación con el agua. No se trata de guardar la moto en el garaje con calentadores de neumáticos puestos, pero sí de cambiarlos cuando envejezcan (aunque quede dibujo) y de ser muy suave si son “racing”.

El freno trasero es tu amigo

La potencia de frenada de una moto o scooter depende de su freno delantero: al frenar, la rueda delantera recibe más carga (por eso se hunde la horquilla) y podemos aplicarle mucha más potencia de frenada que a la trasera (que se queda sin peso y bloquea más fácil). Esto es algo que nunca debemos olvidar porque para parar “aquí y ahora” necesitamos el freno delantero, también con agua.

Pero el freno trasero es muy útil para muchas cosas, y con agua más. De entrada, provocar un pequeño bloqueo de rueda trasera es la mejor forma de saber exactamente cómo está de agarre el suelo. Si tienes ABS, basta frenar (atrás) hasta apreciar que “salta”; si no, frenas hasta notar que bloquea y sueltas enseguida (la segunda vez que lo hagas lo tendrás controlado). No lo intentes con el freno delantero…

El freno trasero, muy útil

Además de esto, las frenadas siempre conviene iniciarlas con el freno trasero para, instantes después cuando la rueda delantera apoya, accionar su freno más enérgicamente. A esto se le llama frenada en dos tiempos y es bueno practicarla para que salga instintivamente. Con agua, esto es aún más importante: un palancazo al freno delantero puede provocar un bloqueo inmediato, que incluso con ABS no es bueno (alargará la frenada). En agua seguramente te sientas más seguro además realizando frenadas suaves con el trasero cuando no necesites pararte rápido.

Si tienes ABS, enhorabuena pero…

Los frenos con sistema antibloqueo (ABS) han sido un gran invento para todos los vehículos y en las motos también. Un bloqueo de rueda delantera suele implicar caída la mayoría de veces. Contar con él (es obligatorio en las motos de más d 125 desde hace dos años) es un “seguro” extra, sobre todo cuando llueve.

Con ABS podemos frenar en curva... con cuidado

Pero contar con ABS no es tener un “salvoconducto” y hay que evitar cualquier falsa sensación de impunidad. Las motos con ABS también se caen y también hay que frenar con cuidado: si somos muy bruscos y entra en acción el sistema antibloqueo, la frenada se alargará más de la cuenta. Por otra parte, es MUY importante practicar (en seco y en mojado) algunas frenadas fuertes en zonas sin tráfico para conocer cómo reacciona el sistema: las pulsaciones en la maneta, el ruido… Así no nos asustará ni pillará desprevenidos ante una situación de riesgo.

Frenos combinados (CBS) y triciclos, a tener en cuenta

Desde hace dos años todas las motos deben llevar ABS, pero las 125 todavía pueden tener sistema combinado de frenadaCBS”. Es algo que algunas motos (y bastantes scooter) más antiguos tienen y aunque no todos los sistemas funcionan igual, sí tienen puntos comunes que conviene tener presente cuando montamos con lluvia. Sobre todo, lo evidente: cuando frenes, da igual qué maneta o pedal, estarás frenando de las dos ruedas. Por lo tanto, de una parte conviene ir tocando frenos como hemos comentado antes para tener tacto inmediato, y por otra no deberemos frenar bruscamente porque podríamos provocar un bloqueo delante (y caída). Hay que iniciar la frenada suave y acto seguido ya sí frenar más fuerte.

Tres ruedas sobre el agua

En cuanto a los vehículos de tres ruedas, su gran ventaja es precisamente que un bloqueo de rueda (o ruedas) delantera no implica la caída como casi siempre ocurre con una sola rueda delantera. Con ellos es bueno tantear el agarre con el freno trasero (ver más arriba) y, donde no haya tráfico ni riesgo, probar a frenar fuerte delante hasta provocar un bloqueo o casi, para apreciar cómo, si sujetamos el manillar con firmeza, el vehículo no pierde la estabilidad. Es lo que nos pasará si debemos frenar ante una situación de riesgo y así conoceremos su reacción: realmente, parecida a la de un coche sin ABS (salvo que tengamos), arrastrando el tren delantero pero sin “cerrar la dirección” como una moto.

Deja más distancia de seguridad

Podrá parece evidente, pero cada vez que llueve me sorprende ver cómo los conductores de coche siguen circulando a igual velocidad y sobre todo a igual distancia (muy escasa) unos de otros… Claro, así en cuanto alguno tiene que hacer una maniobra brusca, se producen golpes por “alcance” con varios implicados. El caso es que también lo observo en muchos motoristas, y es un comportamiento muy inseguro. Hay que dejar muchos más márgenes de seguridad: olvídate de ir demasiado cerca del coche de delante, olvídate de ir demasiado pegado a los laterales, y no pierdas de vista quién está detrás tuyo (tocando el freno si hace falta para que se den cuenta y se separen). Esos centímetros extra harán toda la diferencia en caso de imprevisto, entre un sustito y algo peor.

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