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¿Cómo destrozar una joya? Así sí

Fotos: Bike-urious
La fiebre por personalizar una moto a veces llega demasiado lejos. Es el caso que nos ocupa, en el que el dueño de una preciosa Honda NSR250R de dos tiempos debería haberse estado con las manos quietas antes de transformar una joya del siglo pasado en una moto digna de la galería de los horrores.

Podemos comprender, hasta cierta manera, que tras un accidente en el que el carenado de una motocicleta queda seriamente dañado, sea complicado y caro su sustitución. Y más si estamos hablando de una mítica Honda NSR250R de dos tiempos fabricada entre 1985 y 1996. Pero en ese caso, más vale instalar una careta tipo Alien con faros y poder seguir utilizándola, que intentar darle un nuevo aspecto.

Esto fue lo que no tuvo en cuenta su propietario, si es que el carenado original estaba dañado (en caso contrario se nos ocurren varias cosas igual de terribles que hacerle a él). Así que consideró que instalar un nuevo manillar elevado así como un frontal con faro, intermitentes y cúpula era una buena opción.

Honda NSR250R Custom

Debajo, el guardabarros frontal no tenemos muy claro si es uno nuevo u otro dado la vuelta, pero algo no nos encaja en su forma. En los laterales, ausencia total de carenado que si por otro lado nos permite admirar en todo su esplendor el chasis pulido o el motor en V de 249cc así como el recorrido de los escapes, bien es cierto que algunas partes deberían haberse ubicado de nuevo de una forma menos artesanal que con un par de bridas.

Un colín tipo street-tracker puesto (porque no creemos que haya sido instalado) y una luz trasera tipo cruz a lo West Coast Chopper era todo lo que necesitaba para rematar la faena. Por supuesto, no se ha tenido en cuenta ningún soporte final para los escapes, que cuelgan en su ubicación casi como por casualidad. Esperemos que no se pierdan por el camino.

Honda NSR250R Custom

El remate final es ver que la moto se encuentra a la venta por la nada desdeñable cifra de 4.500 dólares, algo más de 4.000 euros. Que alguien nos haga el favor de comprarla y devolverla a su estado original, que al menos todavía tiene salvación. Y que de paso, le quite todas las herramientas a su propietario del garaje y le deje, como mucho, un papel y plastidecores de colorines…

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