El Bridgestone BT46 han supuesto toda una revolución en el segmento de las motos clásicas, una categoría minoritaria pero no por ello anticuada. Aprovechar sinergias de una marca que ha competido en MotoGP durante muchos años es todo un privilegio para los modelos más conservadores de la gama y, siendo sinceros, a todos nos gusta montar el mejor neumático que podamos en nuestra moto. El reto al que se ha enfrentado la marca japonesa ha sido el de desbancar a un modelo tan asentado en el mercado como el BT45, un modelo con más de dos décadas de existencia a sus espaldas: el resultado no podía ser mejor.
Respecto a su predecesor, el nuevo BT46 mantiene algunas características distintivas previas, potenciando otras nuevas realmente interesantes de cara al usuario final. Así, hablando en términos de estabilidad (tanto en recta como en curva), agarre en seco y manejabilidad en seco no existen diferencias notables, si bien en lo que respecta a comportamiento en mojado lo supera con creces. Concretamente hablamos de agarre, tracción, frenada y manejabilidad.
Estas propiedades son ideales para una moto clásica, pues aumentar la seguridad de rodada siempre es una garantía en modelos que fueron diseñados para circular por otro tipo de carreteras y a un ritmo diferente al actual. Sin controles electrónicos como los de la actualidad, asegurarnos una buena «pisada» es clave para ganar confianza y disponer de mayor información de lo que sucede a nuestros pies.
