Un año más enero es el mes que ANESDOR utiliza para hacer balance del año previo y, a su vez, para lanzar las previsiones sobre el mercado de cara al presente año. A través de una rueda de prensa virtual el presidente de ANESDOR Ramón Bosch, y el secretario general de la asociación José María Riaño, han sido los encargados de hacer tanto el repaso como las previsiones de cara a los 12 meses.
Como ya vimos a principio de mes, las ventas de 2021 han sido mejores que las de 2020 a pesar de todas las dificultades a las que han tenido que enfrentarse tanto las marcas como las tiendas. Parte del año hubo restricciones de movilidad o aforo, y a eso se unió que la escasez de materiales y los problemas logísticos que vaciaron parte de los concesionarios.
Ahora, teniendo en cuenta esos datos y haciendo una previsión de lo que está por venir, en ANESDOR esperan que se alcancen las 211.200 unidades de motos y vehículos ligeros matriculado en 2022. De conseguirlo, esto implicaría un crecimiento con respecto a 2021 de un 9,2%. Pero la cifra es todavía más esperanzadora y es que implicaría superar las cifras del último año previo a la pandemia, 2019.
Según sus estimaciones, todos los segmentos que están representados en ANESDOR crecerán significativamente. Las motos crecerán un 9,1% matriculándose un total de 180.100 unidades mientras que los ciclomotores conseguirán aumentar sus ventas en un 6% como mínimo con 18.800 unidades matriculadas. Los crecimientos más significativos se esperan de la mano de los triciclos y cuadriciclos que crecerán un 21,3% y un 15,8% respectivamente.
Pero a pesar del gran optimismo que pueden suponer estas previsiones, desde ANESDOR han vuelto a hacer patente el malestar del sector por no modificar las etiquetas de los vehículos. Esta medida discrimina negativamente a las motos más modernas que son muchísimo menos contaminantes que las de hace 15 años pero con las que comparten indicativo y, por tanto, restricciones.
En ese sentido José María Riaño comentaba: “las motos actuales reciben la misma etiqueta que las de 2006 a pesar de ser significativamente más eficientes y sostenibles. Los distintivos de la DGT son utilizados fundamentalmente por los Ayuntamientos para restringir los accesos a las ciudades y es un problema grave no solo que no se ponga en valor la evolución tecnológica, sino que los municipios ni siquiera sean conscientes de que las etiquetas de motos y coches aunque puedan parecer igual no son equivalentes. Cada vez más ciudadanos se desplazan en moto. No es razonable que el Ministerio de Transportes no cite una sola vez a la moto en su Estrategia de Movilidad Sostenible, Segura y Conectada 2030 igual que tampoco lo es que la mayoría de los Ayuntamientos no cuenten con capítulos específicos sobre la moto en sus Ordenanzas de Movilidad. La administración olvida de forma sistemática a los usuarios de moto”.
