Los datos que recientemente ofreció la patronal de las aseguradoras (Unespa) sobre estadísticas de moto, incluían información sobre accidentes. De los siniestros declarados el año pasado, un 54 por ciento afectó a motos, un 27 por ciento a scooter (diferencian motos y scooter) y un 19 por ciento a ciclomotores. En total, esos siniestros representan un 3’75 por ciento del total de vehículos a motor (coches, camiones, autocares, etcétera) que es un dato bastante bajo en relación a la cantidad de vehículos (parque).
El porcentaje aumenta en algunos tipos de siniestros, es decir, cuando se analiza qué tipo de reclamación o indemnización hubo que valorar por parte del seguro. El que más, lógicamente, cuando afecta a los ocupantes: un 21 por ciento del total nada menos, es decir, que es el tipo de vehículo cuyos ocupantes resultan más afectados cuando hay un accidente. A continuación y como consecuencia de ello están los daños corporales (indemnizaciones por responsabilidad civil, a un pasajero por ejemplo) con un 11 por ciento, los mismos que la defensa jurídica. Sí, muchas veces el siniestrado ha necesitado un abogado para defender su inocencia y reclamar los daños sufridos posiblemente sin haberlos provocado.
En cuanto a las lesiones, es algo que vimos en un artículo dedicado pero que es bueno recordar de forma resumida. La mayoría de personas que sufren un accidente en moto (el 70 por ciento) solamente sufre lesiones leves. Son las secuelas que las compañías aseguradoras valoran en 1 punto. A la mayor parte de estos les quedan dolores de espalda o cuello… como ocurre con los accidentados en coche (siendo el “alcance” el más habitual en cuatro ruedas).
Por desgracia hay otro porcentaje que sí sufre secuelas menos leves, incluso alguna incapacidad, y luego están los que lamentablemente no sobreviven al accidente. Recordemos también que cuando interviene otro vehículo en el siniestro, la culpa suele ser del otro (no de la moto) en dos de cada tres casos: por no haber percibido la presencia de la moto (no mirar, o no ver) o por no haber respetado su prioridad, es lo más habitual.
