Hace unos años, las cámaras de acción estaban reservadas a las carreras. Con el tiempo y gracias a una marca concreta fueron popularizándose, y con el avance de la tecnología y el éxito que tuviero,n prácticamente todo el mundo ha tenido su cámara con la que grabar sus peripecias.
Ir en moto con tu propia cámara tiene sus ventajas, ya que puedes rememorar los viajes. Si es en circuito, puedes examinar qué has hecho bien y qué mal para ganar tiempo o ir más seguro. Y, por supuesto, puede servirte para generar tu propio contenido en redes.
Pero hay una cara B, y si no que se lo pregunten al danés que es protagonista de esta historia. Y es que “gracias” al uso de su cámara, ahora se enfrenta a un total de 86 cargos preliminares de conducción temeraria e imprudente. Sí, 86, que corresponden a casi todo tipo de infracciones que se te puedan ocurrir, como son circular a alta velocidad, hacer caballitos, quemar rueda y, obviamente, poner en peligro a los usuarios de la vía.
Desconocemos la identidad del usuario. El único dato que se ha filtrado es que es danés y que tiene 29 años. Además de eso, están todos los cargos preliminares a los que se enfrenta. Lo cierto es que pinta bastante feo para él.
Al revisar el contenido de la cámara, las cosas empezaron a ponerse más y más feas
Quizás te preguntes cómo ha accedido la policía a todos estos vídeos, y la respuesta es muy sencilla: el pasado mes de mayo le dieron el alto con una moto que no tenía matrícula y sin permiso. Al pararlo, se dieron cuenta de que en su casco llevaba una cámara y, a partir de ahí, comenzaron a revisar el contenido de la misma.
Todos estos cargos preliminares a los que ya se ha enfrentado se han conseguido durante las horas de grabación que almacenaba en la tarjeta de su cámara, por lo que fueron creciendo y creciendo las acusaciones hasta la cifra de 86.
Desconocemos cuál será el alcance, pues hay registros de superar en un 100% la velocidad máxima legal. En España, la mayoría de esas situaciones supondrían un delito por el que acabar en la cárcel, así que seguro que la próxima vez que este danés coja una moto dejará la cámara en casa y, quizás con suerte, será mucho más prudente. Aunque eso es harina de otro costal…